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Las misas y los velatorios se han retomado en las provincias que han pasado a la fase 1 de la desescalada y lo han hecho con gestos de “emoción”, “agradecimiento” y "alegría" entre los asistentes, aunque respetando las distancias de seguridad, con mascarillas, señalizaciones en los bancos y gel desinfectante.
Misas cortas, mascarillas y sin contacto
Desde el pasado lunes 11 de mayo se permite retomar las misas con público en los lugares que han pasado de fase por sus buenos datos en cuanto al coronavirus. Las misas deben ser cortas, los asistentes tendrán que usar mascarillas con carácter general y no habrá contacto personal.
Tampoco habrá distribución de objetos, libros o folletos. No se podrá tocar o besar objetos de devoción y no habrá coros. Todo ello, manteniendo un aforo del 30% y una distancia de seguridad de al menos un metro.
Gran afluencia de fieles
Algunos sacerdotes se han mostrado sorprendidos por la gran afluencia de fieles para acudir a las misas y también para confesarse. En los templos de Almería, el “reencuentro fue emocionante”, según ha asegurado a los medios fuentes de la diócesis. Asimismo, indican que todo ha estado “en orden” pues estaban preparados, con las parroquias higienizadas “a fondo”, y voluntarios formados para orientar a los asistentes.
“El lunes fue el primer día y el reencuentro fue emocionante. Sin poder acercarnos para saludarnos pero con la alegría de reencontrarnos con Dios y la comunidad cristiana que, además, son amigos”, han señalado desde la diócesis.
La “normalidad” ha sido la norma
Las parroquias de Córdoba también han abierto sus puertas a sus fieles, donde la “normalidad” ha sido la norma. Al igual que en Cádiz y Ceuta, donde, según la diócesis, se observa una medida que se repite en las iglesias: bancos señalizados para que los asistentes mantengan la distancia de seguridad.
Asimismo, en Sevilla, fueron “llamativas” para la propia archidiócesis las colas que se formaron a la entrada de varios templos, antes incluso de que se abrieran sus puertas, como por ejemplo, en las basílicas de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder o la Esperanza Macarena, así como en la sede de la Hermandad de la Esperanza de Triana.
Se han sustituido los bancos por sillas separadas dos metros entre sí
Además, en la Catedral de Sevilla hubo el primer día un “continuo trasiego de fieles” y el canónigo prefecto de Liturgia del Cabildo, Luis Rueda, ha señalado “el buen comportamiento” de cuantos se han acercado a la seo hispalense, donde se han sustituido los bancos por sillas separadas dos metros entre sí.
También han notado una “mayor afluencia” a estas primeras misas en la diócesis de Tortosa, donde también destacan la media de edad de los asistentes, que era menor de lo habitual, debido a la recomendación que han hecho los obispos a los mayores de quedarse de momento en casa, ya que son colectivo de riesgo.
Se dispara el número de confesiones
Además de esto, comentan que “se palpó la emoción y el agradecimiento con una intensa piedad” y destacan que el canto de entrada de muchas de las misas cotidianas fue ‘Qué alegría cuando me dijeron: vamos a la Casa del Señor’.
Por otro lado, en Badajoz son “numerosos” los fieles que se han acercado a las iglesias para participar en las primeras misas de la desescalada. Según apuntan desde la diócesis, “los sacerdotes no esperaban que la gente tuviera tantas ganas de volver” y también destacan el “muy llamativo” número de confesiones, tras más de 50 días sin poder acercarse a este sacramento.
Bastante afluencia y normalidad
“Bastante afluencia” se ha apreciado asimismo en los templos de La Rioja, donde han tenido que programar “más celebraciones para que todo el mundo pudiera disfrutar de la Eucaristía evitando así las aglomeraciones”, según explican. Por todo lo demás, las primeras misas han transcurrido con “total normalidad”, con “la gente responsable con su mascarilla y su propio bote de gel hidroalcohólico, y los sacerdotes dando la comunión con pantallas y desinfectados”.
En Bilbao la reapertura al culto también ha transcurrido “con normalidad”. La diócesis ha publicado algunas fotografías en Twitter en las que se puede observar, por ejemplo, cómo un grupo de fieles asiste el lunes a la misa en la Basílica de Begoña de Bilbao, con un máximo de dos personas por banco, y unos carteles en los que se indica dónde se debe colocar cada persona para que se cumpla con la distancia de seguridad.
Sin ningún problema para adaptarse a las indicaciones
Tampoco ha habido “ningún problema” en las primeras misas de Tarazona ni en las de Jaca, donde señalan que son “muy pocos”. La ciudad de Jaca y la de Sabiñánigo, tienen unos 10.000 habitantes cada una, y desde la diócesis aseguran que “todo se ha desarrollado con normalidad”. En todo caso, precisan que los días laborales, fuera de las temporadas turísticas, el movimiento es “irrelevante” y “los aforos no suelen pasar de un 10% o un 20%”.
Con “normalidad” también han abierto los templos parroquiales de la diócesis de Valencia ubicados en los departamentos de salud de la Comunidad Valenciana que han entrado en la primera fase de la “desescalada”, “siguiendo todas las disposiciones de las autoridades sanitarias y las establecidas por la Conferencia Episcopal Española”.
Todos son conscientes de la nueva realidad
En la diócesis de Lugo han observado que la gente que asiste estos primeros días a la Iglesia es “consciente de la nueva realidad”. “Comprobamos que a la gente no les extraña nada de lo solicitado porque la Iglesia en España empezó a tomar medidas dos semanas antes de la emisión de las primeras alarmas”, explican desde la diócesis, poniendo el ejemplo de la retirada del agua bendita o la supresión del gesto de la paz.
Algunas diócesis señalan que el hecho de haber empezado un lunes con la fase 1 de la desescalada, les permite prepararse para el fin de semana, que es cuando esperan más afluencia de fieles, ya que en días laborables, tal y como señalan desde Huelva, el aforo es “mucho más reducido”, aseguran.
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