Cada año llegan casi mil niñas menores, inmigrantes y sin familia a España

Casi mil niñas menores no acompañadas entran en España sin dinero y sin familia cada año, en busca de un mundo mejor y sin una red asistencial que les ayude.

Esa es la estadística de una realidad casi desconocida, la de las mujeres que a corta edad escapan de su país para encontrar en España un camino distinto.

Según las estadísticas del registro de menores no acompañados, controlado por la Fiscalía General del Estado, 2019 fue el año con mayor número de niñas atendidas en España, con 1.088. En 2020, ya en plena pandemia, el número descendió a 869, y las previsiones se mantienen para 2021, donde el registro contabilizaba 851.

Un futuro en juego: Niñas menores que crecen sin papeles

Todas las consideraciones administrativas y políticas acerca de la inmigración y de su regulación quedan en un segundo plano cuando hablamos de las niñas. Nuestras sociedades han firmado con quienes no tienen la capacidad de defenderse por sí mismos un contrato legal y moral cuyas líneas rojas no deberían ser traspasadas nunca. 

Centenares de miles de niños y niñas en España viven en situación de irregularidad administrativa y sus derechos más fundamentales están amenazados por ello. Cuando la polvareda de las tertulias y los debates parlamentarios desaparece, lo que queda son las historias que hay detrás de cada menor que huye de su país.

La magnitud de este asunto constituye un verdadero agujero negro de nuestro Estado de derecho y merece una respuesta urgente y ambiciosa por parte de las instituciones, que en cada vez más países está tomando la forma de procesos de regularización administrativa. 

Andalucía es la comunidad con mayor carga asistencial

La comunidad autónoma tiene 360 niñas menores inscritas en los registros administrativos abiertos para su protección, al igual que Canarias y Melilla, que son los segundos y terceros en el número de menores atendidas y tuteladas. 

La estadística ha crecido de forma exponencial ya que en 2015 el número de niñas inscritas en el mismo registro era prácticamente de la mitad, lo que supone que en solo cinco años han llegado al país más de 400 menores no acompañadas, ya que a esa misma cifra hay que sumar la de las personas que abandonan este registro a la llegada de la mayoría de edad.

El abandono de la miseria también entiende de género

La cifra de niños y adolescentes atendidos en España en ese mismo período es ocho veces mayor. En una nota tranquilizadora, la información aportada por la Fiscalía General del Estado destaca que “no consta ningún caso de niñas y adolescentes extranjeras no acompañadas que tengan un trámite concedido como víctima de trata de seres humanos durante dicho período”. 

Según la Ley de Protección de Datos, es imposible conocer la nacionalidad de estas migrantes llegadas a España. El dato desgranado tampoco se entrega en las estadísticas sobre migrantes adultos, con el argumento de evitar conflictos diplomáticos con los países de destino, con los que España quiere guardar buena relación para favorecer las labores de control de fronteras. “Por tal motivo, si no procede facilitar la nacionalidad de los migrantes llegados a nuestro país, más justificado aún es restringir dicho acceso en el caso de los migrantes menores de edad [...] Es fundamental ahondar en la condición de estos menores como niños, dejando su condición de migrantes extranjeros en un segundo plano”.