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El teléfono móvil se ha convertido en una prolongación de nosotros mismos, con indudables ventajas, pero también con un lado oscuro de ‘ladrón de tiempo’.
¿Qué has hecho en esas últimas dos horas? Lo más probable es que hayas chateado con varios grupos de WhatsApp, echado un vistazo a las últimas publicaciones en Instagram, abierto Spotify, googleado algo que desconocías, o quizás has echado una partida online.
Cada una de estas pequeñas actividades consume tu tiempo. Y es que, se calcula que, de media, los españoles dedicamos unas cuatro horas diarias al teléfono móvil. O, lo que es lo mismo: 60 días al año. Por hacerlo más gráfico, eso representa una sexta parte de tu vida. La cifra aumenta entre la población joven y ellos son, también, los que sufren sus consecuencias más inmediatas que van desde el aumento del estrés y la ansiedad, hasta perder capacidad de concentración o, incluso, desarrollar problemas de insomnio y distanciamiento social, transformando este uso del móvil en una adicción: la nomofobia.
La nomofobia: el miedo irracional a no tener el móvil o a estar incomunicado a Internet
Según los datos del Informe Mobile en España y en el Mundo 2020, cerca de 7,6 millones de españoles reconocen la necesidad de tener su móvil a mano y consultarlo constantemente.
Nomofobia es el miedo irracional a no tener el teléfono móvil, a estar desconectados del mundo. La mayoría justifica su adicción por miedo a sentirse solos o aislados, mientras otros los achacan a las necesidades laborales.
¿Te despiertas y miras el móvil? ¿Antes de acostarte, das un último repaso a tus redes sociales? No estás solo: hasta el 61 % de los encuestados es como tú. Desde la Sociedad Española del Sueño (SES) alertan de que los españoles cada día dormimos menos y que aumentan los casos de insomnio debido a que la luz azul del smartphone interfiere en la secreción de melatonina, la hormona reguladora del sueño. Y sugieren directamente dejar el dispositivo fuera del dormitorio.
Allá donde mires, verás un smartphone
A algunos les puede dar igual, mientras que a otros esta situación les produce ansiedad, miedo y malestar entre otras cosas.
Como decíamos, esta sensación de que nos falta algo vital cuando no tenemos o no nos funciona el móvil es denominada como nomofobia, un trastorno que cada vez más personas, sobre todo los jóvenes sufren.
Este término fue acuñado después de una encuesta realizada por la Oficina de Correo de España para evaluar el grado de ansiedad que sufrían las personas cuando no tenían sus smartphones activos porque se lo han dejado en casa, no tienen batería o cobertura, o porque se les ha estropeado o robado.
A pesar de que la nomofobia no está considera como un trastorno de manera oficial, tiene todos los elementos que indican que es una. Esto es porque se genera a partir de una adicción a los dispositivos móviles y la necesidad de estar en constante contacto con el mundo (ya sea por WhatsApp u otras redes sociales).
Rasgos para saber si tienes nomofobia
Los psicólogos hablan de las ‘vibraciones fantasma’, sentir que el móvil está sonando o vibrando cuando no lo está. También se refieren a la nomofobia (No Mobile Phobia), el pavor a quedarse sin smartphone, o la textaphrenia, la falsa sensación de que ha entrado un mensaje.
¿Cuánto hace que no miras por la ventana mientras vas en el autobús? Vas por la calle leyendo el móvil, te sientas en la mesa con el smartphone en la mano y lo consultas entre plato y plato. Prefieres eso a charlar o disfrutar del paisaje.
Como con otras adicciones, la clave en la adicción al móvil está en buscar otros estímulos placenteros que hagan que no prestemos atención a esas tentaciones o sensaciones. Un buen ejemplo es salir a hacer deporte, charlar con amigos o quedar para comer (y dejar el teléfono en el bolso).
A la vista de los datos, en Atención Primaria deben estar preparados para estas nuevas enfermedades, por eso estudiar estas adicciones como la nomofobia, puede hacernos avanzar en el mejor control de los pacientes. Además, hay que tener en cuenta que pueden existir enfermedades secundarias a esta adicción (ansiedad, cervicalgias, insomnio, depresión).
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