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Hace pocos días un tribunal condenó a un año de cárcel al conductor de un autobús adaptado por no cumplir con la normativa que requieren y provocar de forma imprudente el fallecimiento de una persona mayor que viajaba como pasajero. La tragedia ocurrida en el País Vasco, ha vuelto a abrir el debate sobre los procedimientos imprudentes, las responsabilidades que deben asumir los trabajadores y los peligros para la seguridad que conlleva no seguir con las normativas marcadas.
Y es que el traslado de personas con movilidad reducida es un tema especialmente sensible, ya que debido a esta reducción en sus capacidades físicas, un accidente o una mala maniobra en la carretera tienen un grado más elevado de gravedad o mortalidad. Por este motivo, todos los vehículos que se dediquen al transporte de personas con discapacidad física, como un autobús adaptado, debe seguir una serie de normativas para reducir el riesgo en los traslados.
5 normativas con las que debe contar un autobús adaptado
La normativa legal para dar el certificado a un autobús adaptado viene recogida en el Boletín Oficial del Estado y puede resumirse en los siguientes 5 principales puntos:
Señales informativas claras y sencillas
Al igual que otros vehículos especiales, los autobuses adaptados deben contar con la información necesaria que especifica su naturaleza. Dicha información debe ser visible de forma clara y de fácil comprensión, para todos los usuarios, incluidos aquellos que cuenten con una discapacidad cognitiva.
Esta información también es útil y necesaria para otros usuarios de la vía por la que se circula.
Adaptabilidad del vehículo
Por supuesto, para que un autobús adaptado pueda ser considerado como tal, debe contar con un sistema de entrada y de salida al vehículo que se adapte a las necesidades de las personas con movilidad reducida. Por ejemplo, contar con plataformas elevadoras o rampas que permitan el acceso de sillas de ruedas.
El número de plazas está predeterminado
Un vehículo adaptado de estas características, tiene que contar con un número de plazas reservadas específicamente para poder transportar a personas con movilidad reducida que hagan uso de una silla de ruedas.
Los sistemas de anclaje
Este es uno de los puntos fundamentales, ya que son el principal punto de seguridad con el que cuenta un autobús adaptado. Estos deben contar con un sistema de anclajes especialmente preparados para las sillas de ruedas, que además deben ser colocadas de frente, siguiendo la marcha del vehículo. Pero además, la silla de ruedas deberá contar con el certificado crash test, que es el que acredita que está preparada para utilizarse en este tipo de vehículos.
Equipamiento de seguridad
Por último, es importante no descuidar el resto de detalles para la seguridad por si alguno de los elementos anteriores falla. Por eso, un autobús adaptado debe incluir suelos antideslizantes, así como cinturones de seguridad de al menos tres puntos de anclaje para asegurar al pasajero.
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