La bajada de los límites de velocidad podría reducir la siniestralidad entre un 15 % y un 30 %. Rebasar ampliamente los límites de velocidad también podría suponer penas de cárcel para los conductores más irresponsables.
Los coches contaminantes dejarán de existir, y así lo reafirman los datos, pues 2 de cada 3 habitantes de Barcelona y Madrid apuestan por los vehículos eléctricos.