Los ojos de los niños son un 75 % más sensibles a los rayos del sol que los de los adultos

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17/08/2024 - 09:00
Niña con gafas de sol

Lectura fácil

Los ojos de los niños son un 75 % más sensibles a los efectos de los rayos del sol en comparación con los adultos. Esto se debe a que, durante los primeros años de vida, el cristalino aún no puede filtrar toda la luz solar de manera efectiva, lo que puede causar dolor, enrojecimiento y fotofobia, según aconsejaron los especialistas del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega (IOFV).

Los rayos del sol producen efectos perjudiciales en los ojos de los niños

El IOFV informó que los rayos del sol pueden incrementar el riesgo de desarrollar patologías oculares en los niños, quienes son especialmente vulnerables debido a que el cristalino, el filtro natural del ojo, aún no ha alcanzado su pleno desarrollo.

En realidad, los ojos de los niños son un 75 % más sensibles a los efectos perjudiciales de la radiación solar que los de los adultos, ya que los rayos del sol penetran más fácilmente en sus ojos, lo que puede causarles dolor, enrojecimiento y fotofobia.

Las horas con mayor radiación solar

La radiación solar es más intensa entre las 11 de la mañana y las 5 de la tarde. Por lo tanto, los oftalmólogos recomiendan usar gafas de sol como la principal medida de protección para los ojos contra los daños de los rayos solares.

De hecho, las gafas homologadas filtran entre un 95 % y un 100 % de la radiación UV, y también reducen el impacto de los rayos del sol reflejados en superficies blancas como la arena y el agua de las piscinas.

La protección ocular infantil esencial en todos los días

En relación con esto, la doctora Lucía Fernández-Vega, especialista en oftalmología pediátrica del IOFV, aclaró que “el uso de gafas no debe restringirse solo a los días soleados, ya que los rayos del sol afectan con la misma intensidad en los días nublados. De hecho, las nubes permiten el paso del 90 % de la radiación ultravioleta”.

Por ello, la experta instó a padres y cuidadores a estar atentos a la salud ocular de los más pequeños durante el verano, subrayando que, así como se les aplica crema solar en la piel, también es crucial proteger sus ojos.

¿Cómo prevenir irritación e infecciones oculares en el verano?

También es importante enseñar a los niños a no mirar directamente al sol, ya que la exposición prolongada puede dañar sus ojos. Inicialmente, esto puede causar dolor, fotofobia o enrojecimiento ocular, y a largo plazo puede llevar a lesiones degenerativas, como la queratitis, advirtió.

Además, el contacto constante con la arena y el agua de las piscinas y el mar puede provocar molestias frecuentes como conjuntivitis, irritación ocular, y diversas infecciones víricas y bacterianas. Sin las medidas preventivas adecuadas, también pueden ocurrir traumatismos oculares debido a juegos y deportes, así como picaduras de insectos en la zona de los ojos.

La oftalmóloga destacó que “el verano es una época en la que los niños disfrutan más de actividades al aire libre, lo que aumenta el riesgo de que agentes irritantes o patógenos entren en sus ojos. Por eso, es fundamental que los niños adquieran el hábito de lavarse las manos con frecuencia, para evitar que, al frotarse los ojos, introduzcan elementos que puedan causar irritación o infecciones”.

Consejos para mantener los ojos hidratados

Otro factor que eleva el riesgo de problemas oculares durante el verano es el uso excesivo del aire acondicionado. Este sistema de ventilación, tanto en el coche como en casa, es una de las principales causas del síndrome de ojo seco, una condición que provoca ardor, sensación de arenilla, pesadez en los ojos y molestias oculares.

En casos leves, el tratamiento suele ser el uso de lágrimas artificiales en forma de colirio o gel. La doctora del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega recomendó mantener los ojos hidratados y evitar el contacto directo con el aire acondicionado para prevenir el síndrome de ojo seco.

Las lágrimas artificiales también alivian la irritación o enrojecimiento ocular. Si un niño tiene el ojo rojo por cloro, agua salada o exposición de los rayos del sol, se sugiere enjuagar con agua fría y aplicar gotas hidratantes. Si los síntomas persisten, se debe consultar a un oftalmólogo para una evaluación más detallada.

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