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Las olas de calor no solo afectan al medio terrestre, sino que el calentamiento de mares y océanos no para de aumentar, y es que el cambio climático afecta a todos los lugares y rincones de la Tierra.
En estas últimas semanas se han registrado hasta cinco grados más en el agua, fenómeno que se conoce como ola de calor marina.
Sus síntomas y consecuencias no solo las notamos los humanos, sino que todo el ecosistema marino acaba sufriendo las olas de calor debajo del agua y a sus alrededores.
Las olas de calor marino no nos dejarán nada bueno
Y es que, una de los principales daños que dejan las olas de calor marino son la proliferación de plagas, como algas y medusas en playas y el agua, y la desaparición de las especies más vulnerables, como lo son las posidonias y los corales.
"Habrá especies que se adapten mejor o incluso les favorezca este calentamiento de las aguas, pero habrá otras que desaparecerán, no serán capaces de adaptarse", ha asegurado a TVE el científico del Instituto Oceanográfico español, Manuel Vargas.
Según los expertos y sus mediciones, en la zona del levante y el sureste peninsular es donde más se notan las olas de calor marino y el aumento de la temperatura del mar Mediterráneo.
A primeros de agosto, las aguas de la costa murciana registraron 29 grados, mientras que el pasado 25 de julio, en Almería casi registran los 28 grados, y cerca de los 30 en las aguas de la costa levantina, según los datos aportados por Puertos del Estado.
"Era una sopa, estaba como un caldo, hasta los 10-15 metros, el agua estaba calentísima", cuentan submarinistas y bañistas que se acercan a las costas en plena temporada estival a observar las especies marinas para RTVE.
Las olas de calor no solo causa la degradación de los ecosistemas marinos, sino que se da lugar al empobrecimiento del mar, lo que acaba afectado a nuestra forma de vida y de alimentación.
"La alimentación se vería afectada en la medida en que determinadas especies comerciales sufran un colapso", ha dicho Vargas.
Y los expertos siguen insistiendo en que esto viene dado por el cambio climático, volviendo a reiterar la necesidad de establecer medidas inmediatas, tales como la reducción de las emisiones contaminantes, para poder evitar que esta situación sigua aumentando, y continúen empeorando otros problemas como la pérdida de oxígeno del agua o la adificación.
La cadena alimentaria queda seriamente dañada por este fenómeno
Sobre los efectos en las superficie, en otoño existiría la posibilidad de que las elevadas temperaturas propicien el desarrollo de una DANA. "Un mar más cálido podría propiciar fenómenos más explosivos, lluvias torrenciales que potencialmente podrían ser más violentas", ha indicado, el portavoz de la Agencia Estatal de Metereología, Rubén del Campo.
Parece que no nos damos cuenta, que a parte de la importante pérdida de fauna marina que se dan por las olas de calor, las inundaciones de los espacios costeros y los consiguientes daños económicos y sociales que ya han ocurrido con anterioridad, puede acabar atacando de nuevo, y para colmo, a poblaciones que aún no se han recuperado de los daños de las anteriores.
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