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El camino para encontrar un tratamiento con un producto ya existente, que sea válido para la pandemia de COVID-19, se convierte en un autentico laberinto. En ocasiones estamos viendo la cara y la cruz de las contradicciones en un ensayo liderado por la OMS, y donde todo el mundo mira con gran interés los pasos que se llevan a cabo desde la organización internacional y claro, también los errores que se cometen. En este caso por falta de claridad en una investigación publicada en el marco de la hidroxicloroquina.
Y es que, el estudio científico en el que se basó la Organización Mundial de la Salud para suspender los ensayos clínicos con este medicamento antipalúdico como tratamiento contra el COVID-19 ha sido retirado por la revista científica The Lancet, después de que sus autores se hayan retractado.
Esta semana la revista tuvo que emitir una "expresión de dudas sustantivas", reconociendo errores sobre la base de datos utilizada, que al parecer presenta serios defectos de forma y contenido.
El estudio publicado en 'The Lancet' ponía en duda el uso de la hidroxicloroquina para tratar a enfermos con COVID-19 y a raíz de esa publicación, la OMS detuvo un gran ensayo con este fármaco. Sin embargo, varios investigadores de ISGlobal, entre ellos Carlos Chaccour, alertaron a la revista de que ese estudio estaba plagado de fallos al revisar los datos del mismo.
"Teníamos la sospecha y al rascar un poco nos dimos cuenta de que no cuadraban los números", explicó el experto en ONDA CERO.
Las cifras no cuadraban sobre las bases de datos utilizadas
Incluso, los firmantes del artículo apenas poseían experiencia científica.
El experto indica sobre la posición de la OMS que, el ensayo con HCQ "no se suspendió, se pausó", decisión que Chaccour ve sensata ante las dudas que surgieron en ese momento: "La OMS, como Organismo internacional de tanto peso, siempre va a ser blanco de críticas, pero en mi opinión ha hecho lo que tenía que hacer", señaló.
Por su parte, otra de las publicaciones de impacto, el New England Journal of Medicine también ha tenido que retirar un artículo sobre medicamentos para la presión sanguínea que utilizaba la misma base de datos, que el estudio de la otra publicación.
Ahora todas las miradas están puestas en la empresa de Chicago Surgisphere Corp. que creó esta gigantesca base de datos y no permite acceder a ella y a la metodología utilizada.
Los dos estudios fueron dirigidos por el doctor Mandeep Mehra del Hospital Brigham y Women's de Boston, y entre los autores se encuentra Desai Sapan, fundador de Surgisphere, que es el único de los cuatro autores que no ha firmado la retractación.
Los especialistas explican que el estudio sobre la hidroxicloroquina se volvió tan influyente entre la comunidad científica y las autoridades por el tamaño de la muestra. Sin embargo, han mirado la base de datos con lupa y han encontrado importantes problemas, opacidad, escasa veracidad y poca trasparencia.
Surgisphere rechaza compartirla alegando problemas con la cláusula de confidencialidad que acordó con los pacientes.
Disculpas públicas
El director de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Mike Ryan, pidió disculpas a la opinión pública por la actual confusión que reina respecto al uso de hidroxicloroquina como tratamiento para pacientes de COVID-19, con estudios científicos contradictorios.
"Nos disculpamos colectivamente por la imagen de confusión que los estudios pueden dar, pero hay que seguir las evidencias científicas y asegurarse de que las personas que entran en estos ensayos clínicos lo hacen de una forma segura y que dé prioridad a su bienestar", destacó en rueda de prensa.
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