Investigadores consigue "dar vida" a un ordenador gracias al uso de la biotecnología integrando células madre de ratones

Aunque parezca que ya nada puede llegar a sorprendernos, los avances en biotecnología nos demuestran que nos equivocamos. Puede resultar imposible, pero un grupo de investigadores de la Universidad de Illinois en Estados Unidos, ha conseguido integrar células vivas en un ordenador que "ha cobrado vida" gracias a ellas. Una especie de doctor Víctor Frankenstein, pero de la era de la robótica y la digitalización.

El experimento desarrollado por un grupo dirigido por Andrew Dou, autor principal y estudiante de posgrado en el laboratorio de nanotecnología y microtecnología Holonyak de esta universidad estadounidense, ha conseguido dar un paso más en la aplicación de la biotecnología al introducir más de 80.000 células madre cerebrales de ratón en un ordenador con un tamaño no mayor al de la palma de una mano.

No es magia, es biotecnología

Este pequeño 'ordenador vivo' no es en exceso complejo en cuanto a sus capacidades, ya que de momento es solo una entrada hacia las posibilidades que puede ofrecer una conjugación de esta naturaleza. Por el momento, el grupo de investigadores ha conseguido que sea capaz de reconocer patrones de luz y electricidad, que ya han mostrado una amplia capacidad de mejora en cuanto al aprendizaje al que ha sido sometido.

Esto ha sido posible gracias al estudio y desarrollo de la biotecnología que ha permitido a este grupo de investigadores colocar las células madre de algunos ratones, entre fibras ópticas en una rejilla de electrodos. Algo similar ya se consiguió en un laboratorio australiano en el que pretendían enseñar a un prototipo muy similar a jugar al Ping-Pong. En el caso del ordenador desarrollado en Illinois, las células se mantenían con vida gracias a una incubadora integrada.

El entrenamiento de este 'ordenador vivo' se realizó con patrones de impulsos eléctricos diferentes que se iban alternando a lo largo de una hora de forma constante. Los primeros datos obtenidos mostraban un rendimiento de un 0,6 en una escala del 0 a 1. Sin embargo, añadiendo una mezcla de químicos e impulsos, los resultados crecían hasta posicionarse en un 0,98. Esto podría suponer un importante avance dentro de la biotecnología y el desarrollo de robots que integren tejido muscular vivo.

El futuro de la ciencia

Dentro de los objetivos que persigue esta investigación se encuentra el de poder llegar a crear un sistema fiel a una red neuronal, que sea capaz de aprender mucho más allá de una Inteligencia Artificial como las que conocemos hoy, ya que busca una conexión con el aprendizaje 'bio' a través del 'sentir', abriendo la puerta a la siguiente etapa de la biotecnología.

Por supuesto, desde el laboratorio, se espera poder seguir desarrollando este primer prototipo, no solo incrementando su capacidad funcional y de aplicaciones, sino también su tamaño y autonomía. Algo que sin duda supondría un progreso sin precedentes dentro del campo de la biotecnología y la ciencia en general.