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Han pasado cinco años del primer estado de alarma al que se vio obligado nuestro país por la pandemia de COVID. Durante todo este tiempo muchos sanitarios y -sobre todo- los que se dedican a la gestión se han hecho una pregunta recurrente: ¿Estamos preparados para otra pandemia?
Una de las imágenes más icónicas de aquellos primeros días fue la de los sanitarios teniendo que usar bolsas de basura o mascarillas recicladas para protegerse en los hospitales. También les vimos fabricando, con instrucciones sacadas de tutoriales de internet, respiradores con mascarillas de buceo del Decathlon. Si aquello pasó es porque "la
nos pilló a contrapié, confiados en que con un aumento del 25 % de las compras de material, como se hace en invierno, iba a ser suficiente". Lo explica Toni García, presidente de la Asociación ANECORM, que agrupa a casi 200 enfermeros gestores de recursos en hospitales de toda España. Él es supervisor de recursos del hospital Santa Creu i Sant Pau de Barcelona. Y estuvo en primera línea. "Los primeros días pensamos que íbamos a resistir con lo que teníamos, pronto nos dimos cuenta de que no", señala, "y faltaba de todo. No éramos sólo nosotros pidiendo mascarillas y respiradores. Era una demanda global que nunca antes habíamos visto". Lo demás es historia de la gestión sanitaria de nuestro país.
Una reserva esencial, pero poco transparente
Desde la pandemia de COVID-19, muchos países han reforzado sus reservas estratégicas de material sanitario para futuras emergencias. Estas reservas incluyen mascarillas, respiradores, equipos de protección individual y medicamentos esenciales. Sin embargo, en algunos lugares, la gestión y el acceso a la información sobre estas reservas se han convertido en un asunto confidencial, lo que genera preocupación entre los profesionales sanitarios.
En España, la opacidad en torno a la cantidad y ubicación de estos suministros ha generado inquietud en el sector. La falta de datos públicos sobre el stock disponible y los criterios de distribución en caso de una nueva crisis sanitaria han hecho que muchos trabajadores de la salud cuestionen la preparación real del sistema.
Preocupaciones del sector sanitario ante una nueva pandemia
Los profesionales sanitarios han expresado varias inquietudes respecto a la reserva estratégica de material:
- Falta de transparencia: No hay información clara sobre cuántos recursos hay disponibles ni dónde están almacenados.
- Dudas sobre la gestión: No se conoce con certeza si los suministros están en condiciones óptimas ni si se están renovando adecuadamente.
- Distribución en emergencias: Los sanitarios temen que, en caso de una nueva crisis, ocurra una mala planificación que retrase la entrega de material en los centros de salud.
- Experiencias pasadas: Durante la pandemia de COVID-19, hubo momentos de escasez y dificultades para acceder a equipos de protección, lo que ha dejado una huella de desconfianza en la comunidad médica.
La situación recuerda la importancia de aprender de los errores del pasado para garantizar que el sistema de salud esté mejor preparado ante futuras pandemias.
Reclamos por mayor transparencia y planificación
Ante esta incertidumbre, los profesionales sanitarios han solicitado a las autoridades varias medidas clave:
- Acceso a la información: Publicación de datos sobre la cantidad y el estado de los suministros en la reserva estratégica.
- Mecanismos de supervisión: Creación de organismos independientes que verifiquen la gestión de estos recursos.
- Planes de distribución claros: Protocolos detallados sobre cómo se distribuirá el material en caso de emergencia.
- Renovación periódica del stock: Garantizar que los productos almacenados no caduquen y estén siempre en condiciones óptimas.
Vamos a retroceder al 21 de junio de 2020. Ese día terminó el primer estado de alarma. Y el presidente Pedro Sánchez, que repitió varias veces que "todavía somos vulnerables", anunció la creación de una "reserva estratégica de material sanitario para superar los problemas que puedan surgir” en futuros escenarios de crisis como la pandemia que entonces creímos que estábamos superando. De esa reserva supimos que iba a estar gestionada por una especie de "Centro de coordinación y promoción de la industria estratégica" y que iba a "garantizar que España tenga los recursos de primera necesidad y de carácter estratégico” necesarios para afrontar problemas como la pandemia.
Y esa reserva existe a día de hoy. Pero eso es lo único que podemos decir de ella. Eso y que, según fuentes del Ministerio de Sanidad, está "en constante actualización contra nuevas amenazas". Por lo demás, de esta reserva el Ministerio no dice nada más. "No es una cuestión de transparencia", explican, es por "seguridad nacional". Así que no sabemos qué hay dentro, dónde está, ni como se gestiona ni cómo accederían a ella los gestores de recursos de los centros sanitarios españoles.
Garantizar la transparencia y la correcta gestión de la reserva estratégica es esencial para la confianza de los sanitarios y la seguridad de la población en futuras crisis sanitarias.
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