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La mujer profesional en el vida rural apenas ha sido reconocida en los últimos años, ya que tradicionalmente el hombre es quien debe dedicarse a tareas relacionadas con el campo y la ganadería. Por eso, es importante resaltar el papel de aquellas mujeres que sí viven en esa España vacía y que dedican su vida a lo que más les gusta y les mantiene económicamente, el campo.
Las mujeres desempeñan un papel importante en la economía y vida rural
La vida rural y su economía nunca han estado ligadas al rol de la mujer. Desde que salió a la luz en los medios la conocida como España vacía, los discursos de los políticos son inexistentes a la hora de visibilizar la importancia y el papel de las mujeres en el vida rural. Sin embargo, las mujeres de las zonas rurales desempeñan un papel importante en la economía rural como agricultoras, asalariadas y empresarias.
En un entorno rodeado de hombres, la mujer del vida rural no existía. En este caso sus actividades se basaban en las tareas del hogar y el cuidado de los hijos, se ceñían a obedecer, algo que por fin ha cambiado. La economía rural, la agricultura y la ganadería extensiva no serían posibles sin ellas, por eso muchas organizaciones y asociaciones luchan por una mayor visibilidad e igualdad social.
Desde la organización Ganaderas en Red (GeR), un colectivo de mujeres organizadas para defender las explotaciones ganaderas respetuosas con el medio ambiente, han explicado que “a lo largo de la historia, a las mujeres se nos ha asignado, desde el nacimiento, un rol específico: se nos ha impuesto una misión como hijas, esposas y madres”.
Ganaderas en Red (GeR) reclaman una mayor visibilidad en el sistema económico e institucional
En España existen varias asociaciones que luchan por los derechos y la igualdad entre hombres y mujeres, también en el vida rural. Ganaderas en Red es un colectivo de mujeres que reclaman que su invisibilidad en el sistema económico e institucional se quiebre, ya que la situación de las mujeres ha sido y es muy dura.
“Las mujeres en el campo hemos sido históricamente mano de obra gratuita: desde las huertas, al cuidado de los animales de casa, pasando por el trabajo en tareas imprescindibles como las parideras, la siega de la hierba, el esquileo, el ordeñeo, la matanza, la transformación para la conservación de la carne y los lácteos, entre otras”, añaden.
El fin de la mujer ganadera y agricultora es reivindicar su valor social esencial en el engranaje de la vida agraria, la defensa de las explotaciones ganaderas con el medio ambiente y la propia vida dentro del vida rural.
La unión de las mujeres que aman el campo y su ganadería
La vida rural sí está hecha para las mujeres que aman el campo y sus ganados, que luchan por su economía agraria y que, además, asumen empleos fuera de la explotación agraria luchando por una ganadería extensiva frente a la industrial, con el objetivo de mantener el medio ambiente.
Desde GeR hablan como mujeres que “vamos rompiendo cadenas para ganas poder de decisión sobre lo que queremos ser, pero también lo que no queremos ser: queremos ser libres e independientes, queremos reconocimiento y visibilidad, queremos ser duelas de nosotras mismas, de nuestras vidas personales y profesionales, para elegir cómo vivir y cómo gestionar nuestras ganaderías”.
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