Lectura fácil
Los partidos políticos cambian en ocasiones los miembros que tienen, ya sea por decisión del propio partido o del miembro que decide marcharse.
Entre los políticos que han llevado a cabo esta acción, destacan los conocidos Santiago Abascal, ahora presidente de Vox, pero que comenzó su andadura política con el Partido Popular, o Íñigo Errejón, que abandonó Podemos para unirse a Más Madrid.
Pero esos casos son ejemplos de decisiones propias, pues también se dan momento de tensión entre sus militantes y el propio partido, por lo que la formación decide prescindir de esta persona, dejando ver como pueden hacer uso del poder de decisión para llevar a cabo a la expulsión.
Los partidos políticos cuentan con unos estatutos en los que se reflejan las normas y decisiones que se pueden tomar con la propia formación y sus militantes
“Los Comités Regionales de Derechos y Garantías tienen competencia para instruir y resolver cualquier expediente, incluso aquellos cuya sanción pueda ser la de expulsión del Partido. Cuando por cualquier medio se tuviera conocimiento de la falta de ejemplaridad en el comportamiento o conducta de un afiliado o cargo de representación institucional del Partido, se acordará la apertura de una información reservada que podrá devenir un expediente disciplinario”, señalan, por ejemplo, los estatutos del PP.
Un caso muy sonado y muy reciente de expulsión, tuvo que ver con uno de los grandes partidos políticos del panorama español, el PSOE, pues la formación decidió sobre el futuro del militante, Nicolás Redondo Terrero.
Y es que según la formación, estaba menospreciando a las siglas en las que militaba, por haber dicho esto tras el pacto y la aceptación entre Pedro Sánchez y los de Junts para la Investidura: "El Gobierno se esta dejando secuestrar por un prófugo. Esta legislatura se situará en la lista de los episodios más bochornosos de nuestra historia moderna".
El caso es que en los dos grandes partidos políticos españoles como son PP y PSOE castigan con la expulsión cuando alguno de sus militantes no respetan los acuerdos tomados por el comité principal o menosprecian el trabajo de otros cargos de la formación, porque se incumplen algunos puntos de la normativa de estatutos.
Por otro lado, la corrupción queda reflejada como causa de expulsión de los partidos políticos, sobre todo en los estatutos de más de dos años en el 40 Congreso de los socialistas. Pero no se aplicó en el caso de Manuel Chaves y José Antonio Griñán, que se dieron de baja antes de que se tomase esa decisión.
Algunos ejemplo recientes de incumplimiento de estatutos en las formaciones no han pasado por expulsión porque sus miembros antes se dan de baja
En el caso del PP, Génova tiene estipulado que tras 21 faltas consideradas graves, puede darse el motivo de expulsión y entre estas se encuentran lo casos de corrupción, deslealtad hacia el partido y sus órganos de gobierno, crear o inducir a creación de corrientes de opinión contrarias a las del partido o desobediencia a las directrices de los órganos del partido.
En el caso de Vox, uno de los partidos políticos más polémicos de estos tiempos tan convulsos, ve como infracciones muy graves la filtración de documentos o actitudes que golpeen la dignidad de la formación, y en el caso de corrupción sus estatutos solo aplicarán consecuencias si sale una condena por sentencia penal firme.
En el resto de partidos políticos como ocurre en Sumar señala expulsión obligatoria con la corrupción y si se da de manera reiterada un injurio contra los acuerdos que lleve a cabo el órgano directivo de la formación.
Añadir nuevo comentario