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Miami, 12 mar (EFE).- La compañía petrolera estatal venezolana PDVSA es material "radiactivo" para la banca estadounidense y ahora también para la extranjera, debido a la ampliación de las sanciones impuestas por EE.UU., de acuerdo con los expertos participantes en una conferencia bancaria en Miami.
La Asociación de Banqueros Internacionales de la Florida (FIBA), que cuenta como socios a unas 60 entidades bancarias, abrió este martes su conferencia anual Anti Lavado de Dinero, en la que se reúnen representantes de los entes reguladores del sistema financiero y de las entidades reguladas.
Cómo hacer negocios con Venezuela bajo el régimen de sanciones impuesto por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), fue el tema de una de las primeras sesiones plenarias de hoy.
Las sanciones, que comenzaron durante la Presidencia de Barack Obama (2013-2017), han ido creciendo y las personas castigadas con esas medidas han pasado de seis a unas 70 actualmente, incluido Nicolás Maduro, al que el actual Gobierno estadounidense, que apoya al líder parlamentario Juan Guaidó, no reconoce como presidente.
"Son sanciones muy complicadas, muy difíciles de aplicar", dijo Andrés Fernández, abogado, directivo de Holland & Knight, presidente del Comité de Sanciones de FIBA y consejero de OFAC.
"Varios" bancos de Florida y de otras partes del país han optado por no hacer ningún tipo de transacción con Venezuela, a pesar de que no todas están prohibidas, señaló a los periodistas.
Por un lado no tienen los recursos adicionales para verificar rigurosamente cada operación con Venezuela y por otro quieren evitar ser sancionados ellos mismos por "meter la pata" y autorizar algo que está prohibido, explicó.
A juicio de este especialista, cuando en enero pasado OFAC incluyó a PDVSA en las sanciones, la medida se presentó como "la opción nuclear", es decir la última y final, pero después se han anunciado sanciones secundarias contra entidades financieras no estadounidenses que presuntamente están facilitando las actividades de la principal empresa venezolana.
Fernández destacó que el hecho de que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunciase este lunes medidas contra el banco ruso Evrofinance Mosnarbank por ayudar al Gobierno de Venezuela a eludir las sanciones económicas de EE.UU., a través de la utilización de la criptomoneda "petro", debe servir de aviso a otros bancos no estadounidenses.
El directivo de FIBA recalcó que PDVSA es "radiactiva" para la banca estadounidense, que "no puede procesar actividad directa o indirectamente relacionada" con esa empresa.
A una pregunta de Efe acerca de si se puede hablar de un costo económico para la banca del sur de Florida debido a las sanciones, Fernández respondió afirmativamente.
Está habiendo algunas demoras en los pagos y la banca tiene que aumentar sus recursos y esfuerzos para aplicar la ley, lo que tiene un costo aunque sea indirecto, subrayó.
A juicio de Daniel Gutiérrez, vicepresidente y gerente de riesgo regulatorio del Ocean Bank, un banco fundado hace 35 años en Miami con capital venezolano, "lo más trabajoso" de todo el sistema de sanciones son las "licencias generales", en las que se establecen las prohibiciones y las excepciones.
Gutiérrez, que actuó como moderador en el panel sobre Venezuela, puso como ejemplo el hecho de que hay compañías petroleras con actividad en ese país, como Chevron, que pueden exportar petróleo según las licencias generales.
Sin embargo, la licencia general prohíbe exportar ciertos diluentes del petróleo y eso es algo "muy complicado" de manejar para los bancos, subrayó.
Otro de los panelistas, John Tobon, agente especial del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), se refirió al ingreso de dinero ilícito de los corruptos venezolanos al sistema financiero de EE.UU.
Según explicó a Efe, en general, cuando se trata de lavado de dinero se piensa en el narcotráfico y los controles están generalmente enfocados en eso.
Por eso puede ser "más fácil" que entre el dinero "sucio" producto de fraude contractual y otras mañas de la corrupción, el cual puede ser confundido con la fuga de capitales de personas que sacan sus ahorros para protegerlos de la inestabilidad que reina en su país o dinero lícito para dedicarlo a la inversión.
Uno de los principales indicios de que se trata de algo vinculado a la corrupción es que, a diferencia del lavado de dinero del narcotráfico u otras actividades delictivas, este dinero sucio nunca se convierte en billetes, es siempre electrónico y se transforma en casas, barcos y autos de lujo, según Tobon.
Pero, además, chocan las cantidades. Son transferencias de 40 o 50 millones de dólares y entran y salen de varias cuentas de una manera rápida.
A la pregunta de si el Gobierno de EE.UU. entregaría al Gobierno surgido de una transición democrática en Venezuela el dinero incautado a algunos de los corruptos detenidos, Tobon dijo que existen mecanismos para eso y recordó casos en que se devolvió dinero a Italia y a Nicaragua (del expresidente Arnoldo Alemán).
Tobon mencionó también que a un hijo del presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, se le incautaron bienes en EE.UU. y el dinero obtenido de su venta fue entregado a una organización no gubernamental que lo administra para que pueda ayudar a la gente de ese país africano.
Uno de los participantes del panel sobre Venezuela, Eugenio Hernández-Bretón, socio de Baker & McKenzie no pudo asistir, pues su vuelo desde Caracas fue suspendido por el apagón.
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