Las obras de ciencia ficción que redefinieron nuestro concepto del futuro

El futuro es variable. En todas las culturas, la idea del futuro cambia con el tiempo, y la ciencia ficción es una de las pruebas más evidentes de esta realidad. Ya sea en literatura, cine u otros medios, las narrativas especulativas evolucionan en forma e interés a medida que avanza la historia de la humanidad. A menudo, lamentablemente, hacia direcciones desfavorables.

A pesar de ello, existen obras de ciencia ficción que dejan una marca permanente, alterando no solo nuestra concepción de lo fabuloso, sino también nuestra relación con la tecnología y nuestras ideas sobre nuestra identidad, origen y destino. Después de experimentarlas, podríamos afirmar que el futuro nunca vuelve a ser lo que era.

Mejores películas de ciencia ficción

Muchas películas se enfrentan al desafío de ganarse un lugar entre las obras maestras que enumeraremos a continuación. Aunque no están todas las que podrían ser mencionadas, aseguramos que estas son algunas de las mejores que desafiaron el continuo espacio-tiempo.

'Metrópolis' (Fritz Lang, 1927)

Podríamos remontarnos a que el nacimiento de la ciencia ficción del cine fue "Viaje a la Luna" de Méliès en 1902 y la primera adaptación de "Frankenstein" en 1910. En cuanto a esta versión de la novela de Thea von Harbou, que también se encargó del guion, empleó todos los recursos creativos e industriales disponibles en aquel arte aún naciente para construir un mundo que atrajera nuestra mirada.

A pesar de los cortes que afectaron la película y de un final quizás demasiado simplista, solo hace falta mirar los ojos cibernéticos de María (Brigitte Helm) para ser transportado a una dimensión paralela.

Ultimátum a la Tierra (Robert Wise, 1951)

El vínculo entre el auge de la ciencia ficción y las ansiedades de la Era Atómica se hizo más evidente que nunca cuando Klaatu (Michael Rennie) descendió de su platillo volante para advertir a la humanidad sobre los peligros de la Guerra Fría.

Mientras "La invasión de los ladrones de cuerpos" (Don Siegel, 1956) presenta la faceta más paranoica del género en los años 50, esta fábula dirigida a nivel de calle por el futuro director de "West Side Story" opta por otro mensaje: "Aprendan a vivir en paz o enfrenten la aniquilación".

Alien' (Ridley Scott, 1979)

Aunque tiene precedentes, como "Terror en el espacio" de Mario Bava por su premisa, y "Estrella oscura" de John Carpenter por su tripulación de trabajadores precarios, el segundo largometraje de Scott consolidó ante el público una visión futurista poco propensa a la fascinación y más orientada hacia las discusiones en la cafetería, interiores sucios y el horror psicosexual sugerido por los diseños de Moebius y H.R. Giger. En el espacio, nadie velará por tus derechos laborales.

'E. T., el extraterrestre' (Steven Spielberg, 1982)

Mientras John Carpenter revitalizaba el tema de la invasión extraterrestre con un enfoque de terror biológico en "La cosa", Spielberg optaba por la cotidianidad y la ternura para demostrar que los alienígenas también pueden tener emociones.

"ET, el extraterrestre", con su obscena taquilla de 792 millones de dólares (sin ajustar), dejó un ícono imperecedero gracias al adorable diseño del personaje creado por Carlo Rambaldi. Además, generó numerosas explotaciones, desde "Mi amigo Mac" hasta la película española "El E.T.E. y el Oto".

Matrix' (Lana y Lily Wachowski, 1999)

Blade Runner, Neuromancer, Jean Baudrillard, Platón, el cine de artes marciales y una tonelada de anime, encabezados por Ghost in the Shell, fueron algunos de los elementos utilizados por las Wachowski para concebir a Neo (Keanu Reeves), el mesías de la era del simulacro.

Dejando de lado las opiniones personales sobre la saga, estamos ante la última película de ciencia ficción que se convirtió en un fenómeno global antes de que las máquinas, en forma de diversos algoritmos, subyugaran a la humanidad.

'Todo a la vez en todas partes' (Daniel Kwan, Daniel Scheinert, 2022)

Aquello realmente parecía sacado de la ciencia ficción, ya que una comedia absurda con viajes dimensionales y dedos como salchichas arrasando en los Oscar. Su éxito no se explica únicamente por el poder de A24 o la calidad de los estrenos postpandemia.

Además de su humor, ternura y personajes inusuales, el triunfo de "Todo a la vez en todas partes" se debió a la confianza en un público que, ya acostumbrado a una sobreestimulación visual desde casa, recibió de buen grado el torrente de imágenes e ideas. ¿Será este éxito un punto de inflexión en el género o simplemente un dulce espejismo?