El impacto del consumo y la cantidad de agua en nuestro organismo es clave a la hora de la pérdida de peso

El aumento del consumo de agua como una estrategia para perder peso es una creencia arraigada en España y en muchas otras partes del mundo. Se fundamenta en la idea de que el agua puede desempeñar varios roles clave en la gestión de la pérdida de peso corporal. Uno de los argumentos más comunes es que el agua puede aumentar la sensación de saciedad, lo que lleva a un menor consumo de alimentos y, por lo tanto, a una reducción en la ingesta calórica total.

Otro factor importante a la hora de enfocarse en la pérdida de peso es la sustitución de bebidas azucaradas por agua. Las bebidas azucaradas, como los refrescos y los jugos comerciales, son una fuente significativa de calorías vacías en la dieta moderna. Al optar por agua en lugar de estas bebidas, se reduce la ingesta de calorías y se evita el consumo de azúcares añadidos, lo que puede ser beneficioso para la gestión del peso y la salud en general.

Aumentar la ingesta de agua puede ayudar a reducir el apetito y perder peso

En España y otros países, se cree comúnmente que aumentar la ingesta de agua puede contribuir a la pérdida de peso al aumentar la sensación de saciedad y ayudar en la quema de calorías, reemplazando bebidas altas en calorías como los refrescos azucarados. Sin embargo, la evidencia científica sobre este tema es compleja y no concluyente.

Si bien algunos estudios sugieren que el agua puede aumentar la tasa metabólica y la quema de calorías, especialmente cuando se consume antes de las comidas, la evidencia es limitada y los resultados varían entre individuos con diferentes características físicas. 

Además, optar por el agua en lugar de bebidas azucaradas puede ayudar a la pérdida de peso total, pero esto depende de otros factores como la compensación de calorías a través de otros alimentos.

Los expertos recomiendan beber dos litros de agua al día

Sustituir otras bebidas por agua puede jugar un papel significativo en la pérdida de peso y en la promoción de un estilo de vida saludable. Según una revisión de la literatura publicada en Nutrición Hospitalaria en 2019, se encontró una asociación entre un mayor consumo de agua y una mayor pérdida de peso cuando el agua se convierte en la bebida de elección. 

Esto sugiere que no es simplemente el acto de beber agua lo que conduce a la pérdida de peso, sino más bien el reemplazo de opciones más calóricas por agua.

La recomendación general es que los adultos consuman alrededor de dos litros de agua al día. Sin embargo, esta cifra es orientativa y las necesidades específicas de hidratación varían según diversos factores, como el género, la edad, el peso corporal y el nivel de actividad física.

Es importante tener en cuenta que una parte significativa de la ingesta diaria de agua proviene de los alimentos, especialmente de frutas y verduras con alto contenido de agua. Por lo tanto, la sed debe ser la guía principal para determinar la cantidad de agua que se debe beber, asegurándose de satisfacerla de manera adecuada.

Para aquellos que buscan la pérdida peso por razones de salud, reemplazar bebidas más calóricas, como refrescos azucarados o jugos, con agua puede ser una estrategia efectiva. Esto no solo reduce la ingesta calórica total, sino que también elimina el consumo de azúcares añadidos y otros aditivos no saludables presentes en muchas bebidas procesadas.