La falta de motivación provoca pereza, ¿quieres ser más productivo?

A todos nos ha pasado alguna vez, estamos sentados en el sofá y de repente nos suena la alarma o nos llega esa llamada o mensaje al teléfono que nos dice que es el momento de hacer algo, y justo al colgar, sale ese suspiro y la famosa frase: “qué pereza”. Todos alguna vez nos hemos encontrado en esta situación, en la de tener que hacer una actividad y que nos cueste mucho ponernos en marcha.

Pereza: uno de los siete pecados capitales

Hay varias maneras de definir la pereza, pero la más concreta sería la de “flojera, negligencia, astenia, tedio o descuido en realizar actividades”. Según algunas religiones, como el cristianismo, clasifican la pereza como un vicio capital ya que genera otros pecados. Otros prefieren llamarla desidia, otros prefieren denominarlo desgana y hay quien piensa que la inactividad tiene una gran dosis de desmotivación.

Una de las consecuencias que tiene ser invadido por la pereza, o directamente ser perezoso es que esta nos impide trabajar al máximo potencial y nos provoca estar estancados, tanto laboral como personalmente. Esto provoca que muchas veces nos sintamos culpables al no hacer las tareas que deberíamos, por ello que la flojera o pereza no es un factor positivo y hay que trabajar para erradicarla de tu vida diaria.

La falta de motivación es uno de los principales motivos por el que nos invade la pereza. Muchas veces cuando algo no nos gusta, es decir, nos desmotiva, intentamos atrasarlo el máximo tiempo posible o simplemente no hacerlo. Hay que intentar hallar la manera de revertir la situación y buscar la manera que aquella tarea que odias o aquel plan que no te gusta hacer, te motive.

Todd McElroy, profesor de psicología de la Universidad de Florida, realizó un estudio en el 2017 concluyendo con algo que puede llamarnos la atención. Según este trabajo hay una relación entre pereza y alta inteligencia. Aunque no es así en todos los casos, la gran mayoría de la población sentimos pereza, pero no por aburrimiento, sino por otros factores que se esconden tras esta como pueden ser; agotamiento mental, estrés, miedos, poca habilidad para gestionar el tiempo o miedo.

Entonces, la pregunta es: ¿cómo podemos vencer a la pereza?

Lo primero es mirar a tu alrededor, ya que, según el investigador Jean Daunizeau, del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia la pereza se contagia. Es decir, si convives o tienes a tu alrededor gente perezosa, tú también lo serás.

Por otro lado, se ha demostrado que es muy importante hacer primero las cosas simples, las que nos resulten más fáciles. Si tenemos varias tareas, empezar por la que nos resulte más cómoda y simple siempre es una buena manera, ya que por lo menos, empezamos a hacer algo. También es importante ir paso a paso, no agobiarnos, ya que agobiarnos solo va a servir para que dejemos todo y no hagamos nada.

Lo que más nos puede ayudar a vencer la pereza es visualizar el fin. Saber que esa tarea no es infinita, que es finita y que con trabajo y esfuerzo en algún momento va a acabar. Todo esto va sumado a la gran cantidad de distracciones de las que disponemos hoy día: móviles, videoconsolas, ordenadores, la misma calle…todo hace que sea más fácil estar sentado viendo una serie que sentado en una silla estudiando o que realizar deporte.