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El Estatuto de los Trabajadores es el documento encargado de recoger cuáles son las circunstancias en las cuales el trabajador tiene derecho a cogerse permisos pagados. Todos ellos hacen referencia a aspectos de la vida privada del empleado que alteran de una u otra forma su desempeño y que sirven para ofrecerle protección y cobertura en momentos de dificultad y también para permitirle la conciliación de su vida familiar y laboral.
¿Cuántos días libres te corresponden?
Pese a que es un derecho de los trabajadores, no siempre se tienen claras las situaciones y los días u horas que corresponden en cada caso para disfrutar de permisos pagados en el trabajo. Igualmente, es muy importante que la empresa aprenda a diferenciar entre aquellos permisos que deberán ser retribuidos y los que no.
Ejemplo de permisos laborales que no suelen retribuirse son los que se conceden para realizar exámenes o los días de asuntos propios que se contemplan en algunos convenios.
Así pues, siempre que el trabajador avise a su responsable de la situación con tiempo, podrá disfrutar de permisos pagados sin miedo a perder el salario correspondiente. Son los siguientes:
- Uno de los casos que sí son habituales es el de matrimonio. En estas situaciones el trabajador tiene derecho a un permiso de 15 días naturales a contar desde el día de la ceremonia religiosa o civil.
- Un día por el traslado del domicilio habitual, es decir, por la mudanza del trabajador. A veces se exige una copia del contrato de arrendamiento si, por ejemplo, se trata de un alquiler.
- Dos días por el fallecimiento, hospitalización, accidente, intervención quirúrgica o enfermedad grave de un pariente hasta el segundo grado de consanguinidad o afinidad. En el caso de conlleve un desplazamiento se eleva el permiso a cuatro días.
- Para el ejercicio de un deber inexcusable de carácter público y personal (como el sufragio activo) por el tiempo indispensable que requiera. Si la duración del permiso y la cuantía de la remuneración viene determinada en alguna otra ley habrá que ceñirse a lo dispuesto en ella. Si se pierde en estas funciones más del 20 % de la jornada habitual la empresa podrá pasar al trabajador a una excedencia.
- Para realizar funciones sindicales o de representación de los trabajadores "en los términos establecidos legal o convencionalmente".
- Para realizar exámenes prenatales, técnicas de preparación al parto y a las sesiones de información y preparación y la realización de los preceptivos informes psicológicos y sociales previos a la declaración de idoneidad en los casos de adopción o guardia con fines de acogimiento o adopción.
- Por lactancia de un hijo menor de 9 meses, los trabajadores tienen derecho a una hora de ausencia de trabajo que pueden dividir en dos fracciones. Se incrementará proporcionalmente en caso de parto múltiple (tres hijos, tres horas). La madre o padre pueden decidir, por su propia voluntad, sustituir este derecho por una reducción de su jornada en media hora o acumularlo en jornadas completas según tenga establecido el convenio.
- Si el hijo nace prematuro o por cualquier causa debe permanecer hospitalizado a continuación del parto, la madre o padre tendrá derecho a ausentarse del trabajo durante una hora. Igualmente, podrán reducir su jornada de trabajo hasta un máximo de dos horas, aunque con la consiguiente disminución proporcional del salario.
- En caso de despido objetivo y si se trata de un contrato indefinido, todo trabajador tiene un permiso retribuido de seis horas semanales para buscar un nuevo empleo durante el periodo de preaviso. En caso de media jornada, el permiso sería de tres horas en lugar de seis.
¿Cuándo se deben conceder permisos pagados a un trabajador?
No siempre se tiene claro cuándo se debe conceder un permiso pagado a un trabajador, ya que puede solicitarlo por cuestiones de muy diversa índole. Únicamente, corresponden aquellos que estén contemplados en el Estatuto de los Trabajadores, en el convenio colectivo o que se hayan pactado previamente entre empresario y trabajador.
El mero hecho de que el permiso pagado sea regulado legalmente lo convierte directamente en un derecho de los trabajadores, a la par que una obligación de las empresas. Es decir, siempre que el empleado cumpla los requisitos deben concederse. En caso de no concederlo, la empresa puede ser multada por una infracción grave.
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