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Cada 23 de noviembre recordamos a las personas sin techo, que desgraciadamente son miles y miles, las que no cuentan con casa propia, ni con ninguna de las necesidades básicas, como un plato de comida caliente que llevarse al estómago.
Parecen invisibles a ojos de la sociedad, porque cada día al cruzar la calle podemos encontrarnos con varias personas en esta situación, pero solemos volver la mirada, sin importar su estado y sus circunstancias.
Cualquiera de nosotros podemos vernos en la calle, de repente, sin darnos cuenta, la vida cambia y da giros caprichosos e inesperados, y no solo por eso, sino porque el mundo esta muy falto de empatía, así que debemos de dejar de ignorar a las personas sin hogar.
Las personas sin techo somos todos, empatía y solidaridad son los escudos necesarios para poder cambiar su situación
Pero antes de nada, debemos aclarar que ser personas sin techo no son vagos o criminales, sino que están atravesando una situación difícil en sus vidas.
Hay casos de personas sin techo que lo tenían todo, y lo perdieron, bien sea por una mala gestión de su economía o por estafas que han padecido, y muchas veces a manos de familiares o personas a las que tenían mucha confianza.
Otras personas, directamente nunca tuvieron una gran fuente de ingresos, y subsistieron como pudieron hasta verse así, en la calle sin nada.
Según los datos que se tienen, en todo el continente europeo se estima que hay más d 400.000 personas sin techo, y el objetivo es poder reducir esa cifra de manera progresiva, otorgándoles su derecho a tener un hogar.
Las personas que se encuentran en esta situación, atraviesan la pobreza extrema. No cuentan con un empleo, por lo que no tienen un sustento diario en alimentación y medicina, lo que les agrava su estado en caso de padecer enfermedades, lo que a su vez no les permite trabajar.
Entre las personas sin techo se encuentran ancianos y niños, por los que unos no cuentan con esa posibilidad de emplearse, y los menores no tienen los medios para estudiar y recibir la formación necesaria para construirse un futuro positivo.
El sistema también surge como obstáculo para los sin hogar
En muchos países cada día hay miles de hogares nuevos deshabitados, ya sean por desahucios u obras que no llegaron a concluirse u otras razones.
Los gobiernos no incluyen tampoco a las personas sin techo en la seguridad social, por lo que quedan excluidos ante la democracia. Es por ello de vital importancia intentar proporcionarles una vida digna, para que formen parte del estado y buscando soluciones positivas tanto para ellos como para el resto de la sociedad, sin marginar ni molestar a nadie.
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