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En el último año, Asturias ha dado pasos importantes en la reducción de la pobreza y la exclusión social. Según los datos publicados recientemente por el Instituto Nacional de Estadística (INE), los indicadores muestran una mejora clara en comparación con años anteriores. La comunidad ha conseguido disminuir varios de los principales indicadores relacionados con el riesgo de pobreza, lo que refleja una tendencia positiva que se mantiene ya por cuarto año consecutivo.
Asturias avanza en la lucha contra la pobreza, aunque persisten desafíos
El conocido indicador AROPE, que mide el riesgo de pobreza o exclusión social, ha caído en Asturias del 25 % al 20,9 %. También ha mejorado la tasa de riesgo de pobreza, que se ha reducido del 18,6 % al 15,6 %.
Además, el porcentaje de hogares con baja intensidad laboral ha bajado al 10 %, y la carencia material y social severa ha descendido, aunque más modestamente, del 6,5 % al 5,7 %.
A pesar de esta evolución positiva, hay aspectos que preocupan. Dos indicadores han empeorado: el porcentaje de personas que no pueden permitirse un coche ha subido al 5,1 %, y los retrasos en los pagos relacionados con la vivienda han aumentado ligeramente hasta el 14,2 %.
Cuatro años de mejora, pero con matices
Desde el año 2020, marcado por la pandemia, Asturias ha ido reduciendo progresivamente su tasa de población en riesgo de exclusión, alcanzando un preocupante 27,2 %. Desde entonces, los avances han sido constantes, aunque lentos. Las organizaciones sociales, como EAPN-Asturias, reconocen esta tendencia favorable, pero advierten que el ritmo no es suficiente para cumplir con los objetivos de la Agenda 2030.
Algunos elementos han sido clave en esta mejoría. La recuperación económica, el aumento del empleo y medidas como el alza del Salario Mínimo Interprofesional o los bonos sociales han aliviado la situación de muchas familias. También ha influido la reducción de costes en transporte y otras ayudas directas.
Sin embargo, no todos los sectores de la población se han beneficiado por igual. Las madres solteras y los jóvenes siguen siendo dos de los grupos más vulnerables. En particular, el empleo juvenil continúa siendo uno de los retos principales en Asturias.
Además de las políticas del gobierno central, las decisiones que toman las Comunidades Autónomas son fundamentales. Asturias, junto con Galicia y Baleares, ha conseguido destacarse en la reducción de la tasa AROPE. Esto ha sido posible, en parte, gracias a medidas como las rentas complementarias al Ingreso Mínimo Vital y las políticas de vivienda social.
Un largo camino por recorrer
EAPN insiste en que todavía hay mucho camino por recorrer. Entre las propuestas que podrían acelerar el proceso están la implantación de una prestación universal por crianza, una política fiscal más equitativa y medidas urgentes para facilitar el acceso a la vivienda. La lucha contra la pobreza no puede relajarse.
En definitiva, aunque Asturias va por el buen camino, el esfuerzo para acabar con la pobreza y el hambre debe continuar para que ningún colectivo quede atrás.
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