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La crisis climática y energética están azotando al mundo de una manera descabellada. De hecho, esta situación podría agravarse y dar lugar a una pobreza extrema en este 2022, según análisis e informes oficiales.
Más de 260 millones de personas podrían caer en pobreza extrema
Un informe de Oxfam Intermón denuncia que más de 260 millones de personas adicionales podrían verse sumidas en la pobreza extrema en 2022 debido a distintas consecuencias: el Covid, el aumento de las desigualdades y el incremento desorbitado de los precios de los alimentos y los carburantes por la guerra en Ucrania. Además, se prevé que, si la situación continúa, un total de 860 millones de personas podrían vivir en este tipo de situación.
El director de Oxfam Intermón, Franc Cortada, insiste en la instalación de reformas y medidas inmediatas para procurar que la situación no vaya a más: “si no se toman medidas radicales e inmediatas, podríamos estar ante el mayor aumento de los niveles de la pobreza extrema y sufrimiento de la humanidad del que se tiene constancia”, señala.
La subida de precios establece un nuevo récord
El mes de febrero se ha visto inmerso en el aumento de os precios de los alimentos, llegando a superar la crisis de 2011. En España, en concreto, la subida del IPC hasta el 9,8 % en marzo supone una pérdida global de poder adquisitivo, afectando sobre todo a los hogares con rentas más bajas.
En cuanto a la pandemia del Covid, a pesar de la disminución de los casos y las restricciones, la pobreza extrema se ha notado de una manera bastante preocupante, llegando a causar situaciones de carencias en más de un millón de personas y más de 600 mil hogares.
El incremento de los precios de los alimentos, sobre todo la alimentación básica, supone el 17 % del gasto de los consumidores en países ricos, pero cerca de la mitad del porcentaje se alcanza en el África subsahariana.
Españoles con estudios medios, vivienda y trabajo
Según revelan los datos, el mapa español muestra un perfil de personas en pobreza severa muy distinto al que en realidad es, pero muy cercano a los datos de pobreza extrema. Alrededor del 72 % son españoles, con un nivel educativo medio o alto, con trabajo y con vivienda. Solo una de cada tres personas adultas en pobreza severa está en el paro, lo que supone que el desempleo no define este tipo de pobreza, sino que las personas ocupadas suponen gran parte de los porcentajes.
En cuanto a la tasa de menores de 18 años, es casi tres veces mayor que la de los mayores de 65 años. Entre los hogares que más han sufrido son los formados por las familias numerosas, con adultos con tres o más hijos económicamente dependientes.
A pesar de que la pandemia ha afectado sobre todo a la población anciana, la longevidad aumentará durante las dos próximas décadas.
Hasta ahora, la pobreza extrema sigue asomando por todo el mundo, pero sobre todo en España. Por eso, entidades sociales y organizaciones piden ayudar urgentes para frenarlo cuanto antes.
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