La ausencia escolar crece un 15,5 % en los niños de 3 a 6 años en situación de pobreza

Según una encuesta de Eurostat, el 15,5 % de los niños de 3 a 6 años en situación de pobreza o exclusión social en la segunda etapa de Educación Infantil no recibían al menos 25 horas semanales de cuidado infantil o educación formal en 2022.

Un informe asegura que muchos niños no pueden acceder a la educación debido a la pobreza

En el informe reciente sobre 'Condiciones de vida en Europa sobre modalidades de cuidado de los niños', publicado por Eurostat este martes, se destacó un dato preocupante: el 15,5 % de los niños de la segunda etapa de Educación Infantil en España, que abarca edades de 3 a 6 años, y que se encuentran en situación de pobreza o exclusión social, no estaban recibiendo al menos 25 horas semanales de cuidado infantil o educación formal durante el año 2022.

Esta estadística es significativa porque indica que hay un porcentaje notable de niños en una situación vulnerable que no acceden a la educación temprana de manera adecuada. Sin embargo, es alentador ver que el 84,5 % de los niños en esa situación sí están escolarizados en España.

Al observar a nivel europeo, el panorama también ofrece una variedad de perspectivas. Por ejemplo, en la Unión Europea, el 45,8 % de los niños de entre 1 y 2 años recibieron atención infantil o educación formal, mientras que para los niños desde los 3 años hasta la edad mínima de escolarización obligatoria, el porcentaje se elevó significativamente al 89,2 %.

En cuanto al riesgo de pobreza o exclusión social, se observa que en 2022, el 14,1 % de los niños en la UE desde los 3 años hasta la edad mínima de escolarización obligatoria estaban en esta situación y recibían 25 horas o más de cuidado infantil o educación formal por semana. Los porcentajes más altos se registraron en España (25,9 %), Bulgaria (25,3 %) e Italia (23,1 %), mientras que los más bajos se observaron en Rumanía (5,1 %), Irlanda (6,6 %) y Eslovenia (6,7 %).

Estos datos resaltan la importancia de garantizar el acceso equitativo a la educación y el cuidado infantil, especialmente para los niños en situación de vulnerabilidad, y señalan la necesidad de políticas y programas que aborden estas disparidades tanto a nivel nacional como europeo.

Los niños en situación de exclusión tienen tasa bajas de cuidados

Según Eurostat, la agencia de estadísticas de la Unión Europea, se ha observado una tendencia preocupante: los niños que se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social, siguiendo los criterios establecidos por la tasa Arope, tienen tasas significativamente más bajas de acceso a cuidado infantil o educación formal en comparación con aquellos que no están en riesgo.

Este hallazgo arroja luz sobre una disparidad importante en el acceso a la educación y al cuidado infantil dentro de la Unión Europea, lo que plantea serias implicaciones para el bienestar y el desarrollo de los niños vulnerables. La educación temprana y el cuidado infantil son fundamentales para brindar a los niños las bases necesarias para un desarrollo saludable y un futuro exitoso.

La correlación entre el riesgo de pobreza o exclusión social y la falta de acceso al cuidado infantil y la educación formal sugiere que existe una brecha sistémica que necesita ser abordada a nivel político y social.

Una lucha incansable por un acceso equitativo e igualitario

Ante eso, es esencial que los gobiernos y las instituciones de la UE trabajen en conjunto para garantizar que todos los niños, independientemente de su situación socioeconómica, tengan igualdad de oportunidades para acceder a servicios de calidad en términos de educación y cuidado infantil.

El acceso equitativo a estos servicios no solo promueve la igualdad de oportunidades, sino que también contribuye al desarrollo de sociedades más inclusivas y cohesionadas en toda la Unión Europea. 

Es necesario implementar políticas y programas que aborden las barreras que impiden que los niños en riesgo de pobreza o exclusión social accedan a servicios de cuidado infantil y educación de calidad, y se debe trabajar para crear entornos que apoyen el desarrollo integral de todos los niños, independientemente de su origen socioeconómico.