Un año nuevo cargado de viejos desafíos: la política en España entra en 2025

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07/01/2025 - 08:12
La política en este 2025

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El 2024 cerró con un panorama político lleno de tensiones, divisiones y un preocupante estancamiento. Las elecciones generales del 23 de julio dejaron un Congreso profundamente polarizado: un gobierno de izquierda intentando avanzar en un Parlamento dominado por la derecha. Esta compleja ecuación ha convertido la política en un campo de batalla donde el ruido y la desinformación dificultan los acuerdos y la búsqueda de consensos.

El rey Felipe VI, en su discurso navideño, hizo un llamado a la calma y al diálogo, pero parece que 2025 no comenzará con un cambio significativo en el clima político.

En el Parlamento Europeo, figuras como Alvise Pérez consolidan posiciones extremistas, mientras que en España, el Ejecutivo y el poder judicial protagonizan tensiones cada vez más evidentes. Este delicado escenario plantea un año lleno de incertidumbres, a pesar de que no se esperan citas electorales en el calendario político nacional, salvo sorpresas en comunidades autónomas como Castilla y León o Baleares, donde podrían adelantarse elecciones.

Un arranque en política marcado por los presupuestos prorrogados

El nuevo año la política se inicia bajo la sombra de la prórroga de los presupuestos de 2023, mientras el Gobierno se fija como prioridad aprobar unas nuevas cuentas que garanticen estabilidad a la legislatura. Sin embargo, conseguir el apoyo necesario no será sencillo. En 2024, Junts, con el respaldo del PP, tumbó la senda de déficit propuesta por el Ejecutivo, condicionando su respaldo a la cesión de competencias de inmigración a Cataluña y a una mayor autonomía fiscal para las comunidades autónomas.

Luis Barroso, consultor político, sostiene que Pedro Sánchez, conocido por su capacidad de supervivencia, encontrará una estrategia alternativa si los presupuestos no prosperan. Sin embargo, Daniel Valdivia, politólogo, opina que un acuerdo con Junts podría implicar concesiones que alejen al Gobierno de sus objetivos programáticos, como la implementación de impuestos sociales o el gravamen energético. Aun así, el consenso parece necesario para dar estabilidad a la legislatura.

La vivienda emerge como el gran desafío en la política de 2025, según el último CIS. Para los votantes de izquierda, es una prioridad; para los de derecha, apenas figura entre sus preocupaciones principales. Este tema refleja una brecha ideológica que, según Valdivia, dificulta su resolución. La mayoría de comunidades autónomas, controladas por el PP, tienen herramientas para frenar las políticas del Gobierno central, como ya ocurrió con la ley de vivienda. Esto, sumado al descontento ciudadano por los altos costos de la vida, genera una presión creciente sobre el Ejecutivo.

El ruido político no cesa

El PP, fiel a una estrategia que le ha dado resultados, seguirá generando confrontación para evitar debates de fondo, según los expertos. Sin embargo, su líder, Alberto Núñez Feijóo, enfrenta el reto de construir un proyecto político sólido que no dependa exclusivamente de la confrontación ni de figuras como Isabel Díaz Ayuso o Vox.

Mientras tanto, la izquierda también lidia con divisiones internas. Podemos gana fuerza en las encuestas al distanciarse de Sumar, partido que enfrentará en marzo un congreso clave para redefinir su estrategia. Yolanda Díaz y su equipo necesitan demostrar que tienen capacidad de influencia en el Ejecutivo. Según Valdivia, el éxito de Sumar depende de sacar adelante promesas como la reducción de la jornada laboral, una reforma emblemática cuya implementación antes de 2025 podría ser crucial para su supervivencia política.

Un año de polarización continua

Con un clima político tan enrarecido, es probable que 2025 siga siendo un año de alta polarización y crispación. Las desavenencias entre partidos y la falta de consenso para abordar los retos sociales y económicos dificultarán avances significativos. Los analistas coinciden en que la ciudadanía muestra signos de cansancio ante la confrontación constante y la falta de soluciones claras.

En definitiva, el nuevo año promete ser una prolongación del anterior, con pocos indicios de que el tono político se relaje. Los principales partidos enfrentan desafíos internos y externos que determinarán no solo el curso de 2025, sino también el rumbo de la política española en los próximos años.

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