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En los últimos meses, tanto el Gobierno como la oposición, la patronal y los sindicatos han discutido sobre la productividad en España. Este debate se produce mientras el Gobierno impulsa la reducción de la jornada laboral y ha formado un Consejo para asegurar que este tipo de medidas vayan de la mano con el crecimiento de ello.
La productividad en España: Definición, análisis y desafíos
En los últimos meses, se ha generado un intenso debate en España sobre la productividad. El Gobierno, la oposición, la patronal y los sindicatos han mostrado interés por entender cómo avanza este indicador clave para la economía del país.
La productividad es un indicador utilizado para medir la eficiencia con la que se utilizan los recursos en un sistema de producción. Estos recursos incluyen tanto a los trabajadores como a las máquinas y la tecnología. En términos sencillos refleja qué tan bien se gestionan estos recursos para generar bienes y servicios.
Javier García Arenas, economista de CaixaBank Research, explica que una mejor gestión de los recursos de una empresa lleva a una mayor eficiencia y, por ende, mayor riqueza tanto para el país como para las empresas.
Para medirla, se utilizan diferentes métodos, como dividir el Producto Interno Bruto (PIB) de una economía entre las horas trabajadas o emplear el indicador de productividad total de los factores (PTF).
El panorama en España
En el último año, España ha experimentado un crecimiento significativo en la producción laboral por hora trabajada, como señala García. Sin embargo, a pesar de este avance, la mejora sigue siendo modesta en comparación con otros países de la Unión Europea. La Comisión Europea resalta que en España se presenta una "brecha significativa" respecto a la media comunitaria.
Para cerrar esta brecha, España tendría que multiplicar por cuatro su ritmo de mejora en los próximos años, según las estimaciones de García.
¿Por qué hay datos tan pésimos?
Existen varias razones detrás de esta baja producción. Una de las principales es la baja inversión empresarial, lo que dificulta la innovación y el crecimiento. Además, la falta de transferencia de conocimientos del sector científico al ámbito empresarial y la escasez de personal altamente cualificado son factores que contribuyen a este fenómeno.
La estructura empresarial también juega un papel importante: las empresas medianas y grandes, que tienden a ser más productivas, tienen menos peso en España que en otros países.
El factor cultural, el presentismo y la jornada laboral
Otro aspecto que influye en España es la cultura laboral. Esto significa que en muchas empresas se valora más la presencia física del trabajador que su rendimiento real.
Esta mentalidad afecta a la producción, ya que algunas empresas aún no se han adaptado a modelos de trabajo más flexibles, como el teletrabajo o el trabajo por proyectos, que sí han demostrado ser eficaces en otros contextos.
La duración de la jornada laboral también está directamente relacionada con los niveles. En muchos países con altos índices de productividad, la jornada laboral es más corta. Según Fernández, los países que han logrado mayor producción en el trabajo suelen tener jornadas más reducidas.
Varios ejemplos de ello son los países nórdicos como Suecia, Noruega y Dinamarca, que superan a España en productividad a pesar de trabajar menos horas. Esto refuerza la idea de que trabajar menos puede ser una clave para mejorar la eficiencia laboral.
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