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En el corazón del Amazonas peruano, la riqueza del cultivo del plátano ha encontrado una nueva oportunidad para potenciar el desarrollo económico y ambiental gracias a proyectos de economía circular liderados por jóvenes indígenas.
Estas iniciativas, impulsadas por el programa Work4Progress de la Fundación ”la Caixa” y con el apoyo de la Fundación Codespa, están transformando desechos agrícolas en empleo y productos innovadores, beneficiando tanto a las comunidades locales como al entorno natural.
La economía circular a través del cultivo del plátano y sus excedentes
La cadena de valor del plátano es clave en esta región, con una producción anual estimada entre 30 y 40 millones de toneladas. Sin embargo, cerca del 30 % de esta producción, clasificada como de tercera categoría, no encuentra salida en los mercados.
Hasta hace poco, este excedente solo se destinaba al autoconsumo o se desechaba. Además, los residuos vegetales, que constituyen entre el 60 y el 70 % del peso total de la planta, eran completamente desaprovechados.
Desde 2017, Work4Progress ha fomentado la generación de empleo de calidad en diversas regiones de Colombia, India, Mozambique y Perú mediante plataformas de innovación social. Este enfoque ha permitido la creación de más de 44.000 empleos y el desarrollo de más de 21.000 negocios sostenibles. En Perú, la Fundación Codespa ha sido clave en este esfuerzo, desarrollando 15 prototipos con enfoque innovador en colaboración con las comunidades locales aplicando la economía circular.
Luis Cáceres, director de Codespa en Perú, explica que formar parte de Work4Progress ha facilitado el cumplimiento de su misión de transformar las condiciones de vida de las personas en situación de vulnerabilidad. Según Cáceres, el programa se enfoca en buscar “soluciones disruptivas” que generan negocios sostenibles, económicamente viables y socialmente responsables. Todo un proyecto con la economía circular bien sedimentada.
En Condorcanqui, al norte de Perú, el potencial desaprovechado del cultivo del plátano se convirtió en una oportunidad. Durante fases de escucha y cocreación con las comunidades amazónicas, se identificó que el excedente de plátano podía ser transformado en hojuelas deshidratadas, un producto que puede ser vendido a empresas para la elaboración de harinas y granulados. Este proceso no solo recupera un recurso previamente subutilizado, sino que también abre nuevas vías de ingreso para las familias locales.
Por otro lado, los residuos vegetales de las plantas de plátano, anteriormente descartados, han encontrado un nuevo propósito. Gracias a investigaciones realizadas con instituciones académicas, se descubrió que las fibras del tallo del plátano podían ser extraídas y transformadas en biofibra, un material utilizado en la creación de accesorios de moda y joyería. Este innovador uso de los desechos no solo fomenta la sostenibilidad, sino que también abre un mercado completamente nuevo para los emprendedores locales, así como acerca la economía circular a sus comunidads
Objetivos a largo plazo: un modelo escalable y replicable
El objetivo a largo plazo de estos proyectos basados en la economía circular es que se consoliden como pequeñas empresas gestionadas por las comunidades locales, con capacidad para expandirse a otras áreas. Según Cáceres, se busca que los jóvenes puedan escalar estas iniciativas y replicarlas no solo en el cultivo del plátano, sino también en otros productos clave de la región, como el cacao y el café.
Con estas acciones, Work4Progress y la Fundación Codespa están construyendo un modelo que no solo genera empleo y reduce la pobreza, sino que también promueve la sostenibilidad ambiental y el empoderamiento de las comunidades indígenas en la Amazonía peruana a través de la aplicación de la economía circular.
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