Lectura fácil
Según un estudio realizado por Michael Eisen, profesor de la Universidad de Oxford, una dieta basada plantas tendría un impacto sustancial en la estabilización de los niveles de gases de efecto invernadero durante décadas, además de reducir las emisiones de dióxido de carbono que altera el calentamiento global de la Tierra.
La agricultura animal contribuye significativamente al calentamiento global
Un cambio global en la dieta basada en animales en otras centradas en plantas tendría un impacto positivo en los niveles de gases de efecto invernadero y con ello, una reducción del calentamiento global de la Tierra. Esta es la conclusión del estudio de Michael Eisen y Patrick Brown, profesores de la Universidad de California y de Stanford.
Los dos autores decidieron pasarse al veganismo y con ello mostrar los impactos de criar animales de forma exclusiva para el consumo humano durante años. La agricultura animal no solo contribuye a la reducción de la biodiversidad, sino a reducir el calentamiento global y los gases de efecto invernadero.
Las razones de la investigación se han centrado en ello, en el impacto actual de las emisiones de metano de los animales y su estiércol, el óxido nitroso de los fertilizantes utilizados para cultivar alimentos para animales y, por último, el dióxido de carbono para criar y transportar animales y carne.
Cerca de un tercio de todo el CO2 se debe al cambio de tierras para el pastoreo o el cultivo de piensos
A pesar de que la industria animal actual sí es responsable de un 16 % de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero, algunas estimaciones señalan que un tercio del CO2 que los humanos agregan a la atmósfera por la cría de animales se debe al cambio de tierras para el pastoreo o para cultivar piensos.
Los investigadores crearon un modelo climático para comprobar si los gases de efecto invernadero se reducían o no modificando el tipo de dieta. Para ello emplearon un modelo climático simple para incorporar los efectos combinados de la reducción de emisiones y la recuperación de biomasa debido a un cambio global a una dieta basada en plantas.
Las conclusiones del estudio señalan que una eliminación gradual de 15 años ayudaría a reducir de inmediato todas las emisiones mundiales de metano y un tercio de óxido nitroso, lo que ayudaría a equilibrar los gases de efecto invernadero llegando a disminuir su porcentaje.
La carne es 35 veces más dañina que un plato de verduras
Aunque se trate de un hecho poco verídico, renunciar a la carne y a los productos lácticos puede constituir un elemento primordial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y con ello, ayudar al clima. La carne y los productos lácteos son el 60 % de este tipo de gases, además de ocupar el 83 % de la superficie agraria disponible en el mundo.
Además del sacrificio de estos seres para el consumo, los argumentos en contra de la carne se concentran en la huella climática. Un filete de carne de vaca tiene la misma huella climática que 35 platos de verduras, por lo que sustituir dos de cada tres comidas por raciones solo de verdura, ayudaría a reducir en un 60 % el CO2, según un estudio de Oxford y Minnesota.
El planeta lo tiene muy claro: los alimentos vegetales son una de las opciones climáticas más favorables para reducir los gases que dañan nuestro planeta, además de ayudarnos a mantener un buen estado de salud. Y tú, ¿te apuntas a ayudar al planeta Tierra?
Añadir nuevo comentario