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Médicos del Mundo ha pedido una "respuesta contundente" para atender las necesidades sanitarias de la población afectada por los terremotos de Siria y Turquía, para evitar el brote de epidemias.
Después de tres semanas del devastador terremoto que afectó al menos a 10 provincias turcas y al noroeste de Siria, al menos 44.000 personas han muerto y 108.000 han resultado heridas, según los últimos datos.
Hasta el momento hay 9,1 millones de personas afectadas, pero esta cifra podría aumentar. Dejando de lado los números, se trata de vidas que se encuentran expuestas a más riesgos a parte del que acaban de vivir.
Las epidemias se extienden a la velocidad de la luz, y los factores en zonas destruidas son detonantes
Médicos del Mundo advirtió que ya se han observado los primeros casos de rabia y sarna en las regiones afectadas, lo que supone "un riesgo de epidemias de enfermedades infecciosas".
Según alertó, "las condiciones antihigiénicas, la vida en grupo en los refugios y el uso de agua contaminada aumentan el peligro de propagación de enfermedades altamente contagiosas como la sarna, el sarampión, el tétanos y otras enfermedades transmitidas por el agua".
Agregó que el amianto y el polvo producido por los escombros son inhalados por las personas y representan una grave amenaza en términos de enfermedades respiratorias.
Debido al aumento de roedores en las zonas afectadas, "la propagación de la rabia es también un riesgo importante", señaló la ONG respecto a esta posible epidemia en el lugar.
Estas patologías infecciosas pueden aparecer durante un periodo que va de 4 días a 4 semanas después de la catástrofe, destacó, y se propagan "muy rápidamente hasta convertirse en epidemias si no se toman medidas eficaces de inmediato".
Por eso, Médicos del Mundo hizo un llamamiento a las autoridades públicas y a la comunidad internacional para que "intensifiquen estas medidas, en particular la distribución de vacunas y de medicamentos, dada la extensión de la región total afectada por los terremotos y la velocidad de propagación de las epidemias".
Las zonas afectadas necesitan de la ayuda internacional y de las autoridades para evitar más daños
Para evitar la transformación de las patologías que se están haciendo notar en epidemias, es preciso colocar más aseos y más duchas en la zona y resolver de inmediato la cuestión del acceso al agua potable, recalcó. También "es esencial distribuir en todos los refugios máscaras protectoras y medicamentos para el tratamiento de enfermedades como la sarna".
Según el Ministerio de Sanidad turco, se han enviado a la zona del seísmo suministros de vacunas, como las del tétanos y la rabia, y han empezado a funcionar farmacias móviles.
Tanto organizaciones humanitarias como la propia Organización Mundial de la Salud refuerzan la respuesta turca con equipos médicos de emergencia, con el fin de evitar graves consecuencias, como ocurre con el caso de la aparición de epidemias imparables.
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