15/04/2022 - 11:30
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Todos tenemos algún familiar, amigo, vecino o persona mayor que, en algún momento, requiere de apoyo adicional. En numerosas ocasiones, la solución final y la que parece más acertada es la del ingreso en una residencia de ancianos. Sin embargo, muy poco sabemos sobre cómo son las condiciones de vida en estos lugares.
Dicha decisión suele ser tomada cuando la persona en cuestión alcanza niveles altos de dependencia. En ese caso, muy pocos familiares poseen el tiempo necesario, ya sea por cuestiones laborales o cualquier otra razón, para hacerse cargo de la persona dependiente. Por ello, el ingreso en una residencia de mayores suele ser la solución más apropiada.
Los beneficios de vivir en una residencia de ancianos
Como decimos, las personas que viven en una residencia de mayores suelen ser personas totalmente dependientes y que necesitan de varias ayudas y cuidados adicionales para sobrellevar el día a día.
Un gran número de estas residencias permiten que el residente conserve su privacidad. Habitaciones individuales, horarios de tiempo libre... Todo esto sumado a un gran apoyo otorgado por cuidadores las 24 horas del día. Aseo, comida, actividades sociales...
Visto desde fuera, parece que una residencia de ancianos se trata de un colegio mayor de estudiantes pero a una avanzada edad o incluso de un 'resort' con todo incluido. Y aunque en la mayoría de casos esto sea así, hay varios ejemplos en los cuales los residentes son tratados de las maneras más infames posibles.
Ejemplos de maltrato en residencias de mayores
A la hora de internar a un familiar, amigo o persona cercana en una residencia de ancianos, es obligatorio investigar a fondo sobre la misma. En España, numerosos casos salen a la luz cada cierto tiempo donde las condiciones de los residentes son espantosas e inhumanas.
Nadie quiere que una persona cercana sea tratada de esa manera, por lo que es vital perseguir y denunciar a aquellas residencias de ancianos que incumplen con las medidas mínimas de cuidado exigidas.
Ancianos atados a las sillas, incluso a las camas de sus habitaciones, sin asear... No obstante, tal y como indica María Teresa Soy Andrade, supervisora de enfermería y testigo directo de casos de abusos de mayores, el peor maltrato y el más común es el psicológico.
"A la persona mayor se la tiene como un ser no productivo y se podría decir que se le quiere apartar como si de un trasto viejo se tratase", indica la enfermera. María Teresa Soy Andrade es, además de supervisora de enfermería, escritora de libros donde recoge dichas vejaciones para darle voz a los maltratados.
Por fortuna, estos son casos aislados
La intención de este artículo no es, ni mucho menos, desprestigiar la imagen de las residencias de ancianos. Como se ha mencionado previamente, la gran mayoría de ellas ofrecen un sensacional servicio a las personas atendidas, que cuentan con asistencia médica durante las 24 horas del día.
Sin embargo, también es necesario mostrar y denunciar las vejaciones y maltratos que, de vez en cuando, salen a la luz en dichos centros. Debido a la pandemia del Covid-19, varios casos en residencias de ancianos fueron destapados.
Comentarios noticia
Muchas gracias por tu reportaje
Muchas gracias por tu reportaje, cuando yo era pequeño, mi abuela sufrio mucho, porque le detectaron un tumor en el cerebro, la operaron, pero genero metastasis y le salia otro, la oparaban y le salia otro. Despues de varias operaciones ya los doctores le quitaron casi todo y le dieron medicina que le ayudo para sus dolores. Pero eso no le quito que poco a poco mi abuela fuera decayendo, ya no se paraba de la cama, ya vivia siempre acostada, la veiamos poco a poco que se le iba la vida. Le dimos todo el amor que pudimos, los doctore le dieron 1 año de vida y gracias a Dios vivio 4, pero al final Fallecio. Fue muy dificil para mi, hasta la fecha la recuerdo y me duele verla acostada poco a poco irse, ver las peleas que tenian mis familiares para ver quien la cuidaba, yo odie ese tiempo. Ahora le pido a Dios que la tenga en su maravillosa gloria, que desde el Cielo nos cuide y nos diga con el viento: Te quiero mi niño. Gracias por tu reportaje.
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