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Europa, y concretamente la Unión Europea, lleva un par de década viviendo un cada vez menos silencioso y progresivo incremento de los movimientos de ultra derecha, que se han ido consolidando en partidos políticos y que en muchos casos han llegado a alcanzar el poder. Ahora le ha tocado a Italia, con la nueva primera ministra Giorgia Meloni, que no esconde su discurso neofascista, y que incluso ha integrado el conocido lema "Dios, patria y familia".
Un lema que Benito Mussolini, padre del fascismo italiano y dictador de este país durante el periodo de la Segunda Guerra Mundial, abanderaba allí donde iba. La llegada de Giorgia Meloni ha hecho saltar varias alarmas en Europa y en Bruselas, desde donde se mira con especial desconfianza los proyectos políticos de la líder del partido Hermanos de Italia, abiertamente ultraderechistas. Sin embargo, esta nueva líder, tendrá que enfrentarse a varios retos si quiere hacer política de su discurso.
Los retos de Giorgia Meloni
Saber que se hablan de 'retos' a la hora de implementar políticas que hunden sus raíces en el fascismo, es sin duda un pequeño consuelo cuando se vuelve a ver dirigentes del calibre de Giorgia Meloni en el gobierno de uno de los países más importantes de la Unión Europea. Sin embargo, no deja de preocupar la capacidad de esta nueva líder para generar cambios profundos que acaben con las estructuras de valores construidas hasta ahora.
En este sentido, existen 3 puntos claves que preocupan especialmente, el derecho de las mujeres en materia de aborto, los derechos del colectivo LGTBI+ y los de las personas migrantes. Con respecto al primero y al segundo, de momento Giorgia Meloni, no ha mostrado una postura estrictamente firme sobre abolir la situación legar de ambas situaciones en el país. Sin embargo, esto no supone ningún tipo de salvaguarda, ya que su discurso ha sido muy claro a este respecto, mostrándose firme defensora del modelo de familia tradicional, rechazando a los demás.
En otro punto a parte se encuentra el tema de la inmigración. De hecho, gran parte de su campaña electoral de Giorgia Meloni se ha basado en la promesa de aplicaciones de leyes y restricciones que frenen la llegada de migración. Aunque sus propuestas se han tachado de racistas, ella siempre las ha defendido como una forma para canalizar la migración ilegal al país.
Recelos desde la unión
En lo que respecta a migración, Giorgia Meloni encuentra un gran obstáculo: La Unión Europea. En política de migración, las leyes y normativas europeas tienen mayor peso que las nacionales, por lo que Meloni se verá enfrentada a Bruselas. Es aquí donde se presenta otro especial punto de preocupación, ya que la posibilidad de un 'brexit' italiano se pone sobre la mesa. Sin embargo, conseguir algo así no sería tarea fácil, debido a que la población italiana muestra su apoyo al euro, una lección que aprendió de Matteo Salvini.
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