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La salud menstrual desaparece o se ve afectada cuando no contamos con el lugar adecuado para realizar la higiene básica, cambiarse de compresa o tampón, ni poder lavarse las manos.
El contar con baños seguros, privados y limpios no tiene porque convertirse en un privilegio, y es que esto es algo esencial para mujeres, niñas y jóvenes a la hora de ocuparse de su salud con el periodo.
Esto no solo se extiende a los lugares públicos como los centros educativos, sino que en muchas casas también es complicado contar con el saneamiento adecuado para realizar tranquilamente esta acción tan cotidiana.
La salud menstrual no es un privilegio, sino un derecho
Además, la relación entre la salud menstrual y general de las mujeres tiene que ver mucho con la higiene durante el periodo, cosa que se extiende hasta la asistencia escolar de las niñas y jóvenes.
En la última década es cuando se ha empezado a dar importantes pasos en este aspecto, pues la higiene y salud menstrual no era de importancia.
Para poder solucionar este tema, se creó el programa conjunto de Monitoreo para el abastecimiento de agua, saneamiento e higiene de las OMS y Unicef.
Así, realizan un seguimiento sobre como va avanzando esto en materia de salud e higiene menstrual, para poder a abordar el tema en profundidad con datos certeros.
De momento, se cuenta con estudios realizados en diferentes zonas y países concretos. Así, Unicef revela en un informe que el 95 % de las niñas en Perú, experimentan incomodidad en el colegio durante su periodo, y 3 de cada 10 faltaban a las aulas por un día o todos los meses cuando le bajaba la regla, lo que afecta a su salud menstrual y la general.
El miedo a percibir el olor a sangre, mancharse o la vergüenza y la falta de sanitarios adecuados, hacen que esto se extienda ha otros lugares del planeta, como ocurre en África Subsahariana, pues 1 de cada 10 niñas no asisten al colegio durante varios días al mes cuando tienen el periodo.
Es por ello, que respecto a la correcta higiene menstrual y general, se necesita realizar un abordaje integral de la situación, empezando por instalar el saneamiento adecuado y seguro en centro escolares.
Asimismo, la sensibilización es altamente necesaria, pues se derriban mitos, tabúes y vergüenzas entre niñas y jóvenes de estos países afectados.
De esta forma, la Cooperación Española trabaja en América Latina mediante el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (FCAS), para aumentar el acceso a agua y saneamiento, y más en zonas rurales y poblaciones vulnerables.
Un enfoque transversal de género
Los programas del FCAS buscan trabajar para incorporar a las mujeres los espacios de toma de decisión del agua y el saneamiento, con el fin de promover su participación en los proyectos de capacitación y formación.
En el ámbito de la salud menstrual, se trabaja para conseguir una gestión social, contando con cuatro estrategias: Construcción de conocimiento, fortalecimiento de capacidades de las mujeres, articulación e incidencia y autonomía económica.
Por ello, el tema de higiene y salud menstrual, gracias a este tipo de proyectos, a dado lugar a mujeres que se unen e indentifican la relación del agua con la higiene y la prevención de enfermedades. El caso, es que los debates que se crean por el programa, dejan ver como las mujeres están señaladas y cuestionadas que surgen alrededor del tema. Gracias a los debates creados, el programa da lugar a un espacio donde se comparten vivencias, preocupación, se aprende y se buscan soliuciones.
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