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Simone Biles, una de las grandes estrellas de estos Juegos Olímpicos, ha dado un paso al frente y ha reconocido que no puede lidiar con la presión y las expectativas a las que tiene que responder. Por ello, rechazó participar en la final por equipos de gimnasia artísticas y tampoco estará en la competición individual. Anteponiendo de este modo su salud mental a su prometedora carrera como deportista.
Su retirada pone de nuevo sobre la mesa el debate de la salud mental, una lacra invisible que afecta a muchas personas. En concreto, al 10,8 % de los españoles, según los últimos datos de Sanidad, y al 9 % de la población mundial, según la OMS.
Tenemos que proteger nuestras mentes y nuestros cuerpos
Con esa declaración, la gimnasta estadounidense Simone Biles anunciaba su retirada de la final por equipos en los Juegos de Tokio 2020, que más tarde también se convertiría en un adiós definitivo a la final individual, enviando así un mensaje a la sociedad sobre cuáles eran sus prioridades: "Es más importante la salud mental que el deporte ahora mismo".
Para el año 2030, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el mundo. Esta es la razón principal por la debemos hacer un llamamiento para trabajar sin demora en la prevención de los problemas de esta índole en las personas más jóvenes.
La administración pública, organizaciones, centros educativos y profesionales deben trabajar por la diversidad y la inclusión como punto de partida de la educación de niños y jóvenes teniendo en cuenta los retos de una sociedad que cambia a una velocidad de crucero.
No hay salud sin salud mental
La OMS entiende la salud mental como un componente integral y esencial de la salud. "No hay salud sin salud mental", asevera la organización, en cuya Constitución la define como "un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad".
Tenemos que proteger nuestra mente y nuestro cuerpo y no limitarnos a hacer lo que el mundo quiere que hagamos. La sociedad ha cambiado mucho y cuando hay malestar, la gente suele contarlo. Debemos acabar con esto. Aún se sigue utilizando los problemas de salud mental en contra de las personas que los padecen.
Según la OMS, los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el mundo en 2030
Una de cada 4 personas tendrán un trastorno mental en su vida. Además, el suicidio sigue siendo una de las principales causas de muerte en el mundo, recoge su informe Suicide worldwide in 2019. Cada año pierden la vida más personas por suicidio que por VIH, cáncer de mama, guerras y homicidios.
En 2019, se suicidaron más de 700.000 personas, es decir 1 de cada 100 muertes. Entre los jóvenes de 15 a 29 años, es la cuarta causa principal de muerte y esta tasa es más del doble entre los varones: 12,6 por 100.000 hombres frente a 5,4 por 100.000 mujeres.
En términos europeos, el estudio Health at a Glance Europe 2018 elaborado por la OCDE y la Unión Europea, el trastorno mental más común en los países comunitarios es la ansiedad (el 5,4 % de la población), seguido de la depresión (el 4,5 % de la población). Por países, la prevalencia estimada de los trastornos mentales es mayor en Finlandia, Países Bajos, Francia e Irlanda, y la más baja en Rumanía, Bulgaria y Polonia. Según estos datos, España se sitúa por encima de la media en la UE en cuanto a la ansiedad (6 % nacional frente a un 4,5 % europeo), pero ligeramente por debajo en depresión (4 % en España frente a 4,5 % en la UE).
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