Es la generación que más ha sufrido el azote de la Covid-19 y la que lleva todo un año encerrada, sin besos ni abrazos, por evitar contagiarse del virus. Sin embargo, el aislamiento ha traído serias consecuencias a su salud.
Normalmente las secuelas de la Covid-19 se asocian con daños pulmonares o accidentes cerebrovasculares, pero cada vez es mayor la evidencia científica que pone el foco en las consecuencias que puede tener en nuestra salud mental.
Un estudio realizado por Gympass pone de manifiesto el incremento del ejercicio físico, con un aumento del 20,8% en personas que anteriormente estaban inactivas.