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Estamos viviendo un verano inédito en el marco de la política española, y es que estamos ya en el sagrado mes de agosto para las vacaciones de nuestros políticos y aún continúan con las negociaciones. Claro está que no sería responsable irse de vacaciones dejando las labores de Estado para septiembre, sabiendo que es precisamente el próximo mes cuando sí o sí habrá que investir a Pedro Sánchez si no quieren que vayamos a nuevas Elecciones Generales en noviembre.
Sánchez deja las vacaciones a un lado hasta no desencallar las negociaciones
Con el fin de llegar a tiempo a la reválida de septiembre presidente del Gobierno en funciones y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se reunirá este lunes en Valencia con representantes de Compromís, han confirmado a Efe fuentes socialistas.
A la reunión asistirán también el secretario de Organización del PSOE y ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, así como el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig.
El diputado de Compromís, Joan Baldoví, declaró este jueves que ve "bien" que Sánchez haya iniciado una ronda de contactos con colectivos sociales para recabar apoyos, pero le instó a negociar con los partidos progresistas, ya que, a su juicio, son "la única vía" ante la negativa de PP y Cs de abstenerse en una nueva sesión de investidura, si llega a tener lugar.
Compromís muestra su mejor voluntad
Baldoví remarcó que Compromís ayudará "en todo aquello que pueda", aunque afirmó que su apoyo a Sánchez dependerá de compromisos concretos del Gobierno en materia de deuda, financiación y dependencia.
El jefe del Ejecutivo en funciones también reanudará este lunes sus contactos con representantes de la sociedad civil, en este caso, con organizaciones ecologistas.
Así las cosas, el candidato socialista tiene aún mucho trabajo por delante si quiere ser investido el mes que viene en un arco parlamentario muy fragmentado y con una izquierda deshilachada que no hace por entenderse, sino por pisarse mutuamente el protagonismo de los acontecimientos. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias están destinados a entenderse pero lo que termine ocurriendo está todavía en el aire a sabiendas de que una repetición electoral no sería la mejor de las opciones.
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