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La pandemia comienza a remitir en España y las comunidades empiezan a replegar sanitarios. Según los cálculos de EL PAÍS, las autonomías ya han despedido, al menos, a unos 21.000 profesionales contratados como refuerzo con contrato covid.
Andalucía, por ejemplo, ya ha anunciado que, de los 20.000 sanitarios que reforzaron su sanidad durante la pandemia, 8.000 dejarán de trabajar el 1 de noviembre. También Galicia ha anunciado que entre noviembre y diciembre prescindirá de los 1.200 sanitarios con contrato covid. Otras autonomías han ido menguando efectivos de apoyo en los últimos meses y fían la continuidad del personal a la evolución de la crisis sanitaria.
Sindicatos y profesionales alertan de que los recortes de personal aumentarán la carga de trabajo para los que se quedan, sobre todo cuando comience la campaña de vacunación contra la gripe, y lamentan “la oportunidad perdida” para reforzar el sistema de salud.
Ojalá baje la tendencia de la pandemia, pero no estamos de acuerdo con que estos profesionales sean despedidos
Los próximos meses serán clave para la bolsa de efectivos que sigue trabajando. Las protestas de sanitarios frente a los hospitales comenzaron la semana pasada y la Marea Blanca ha convocado una manifestación el sábado.
La indignación es creciente. Han acabado con la atención primaria y han conseguido que haya categorías para ricos y pobres. Si llamas al centro de salud para pedir cita, tardan tres días en llamarte de vuelta y luego dos semanas para que te atiendan, si tienes derecho a la presencialidad. Todas las decisiones han beneficiado a la sanidad privada.
Las comunidades presionan y reclaman más recursos
Cataluña, por ejemplo, asegura que tiene cerca de 15.000 profesionales más que en 2020 y “no tiene previsto despedir los refuerzos extraordinarios contratados para la covid”, indica un portavoz del Departamento de Salud. Pero reclama que se mantengan los fondos destinados a la pandemia en 2022.
La Rioja, por su parte, contrató a unas 380 personas durante la crisis sanitaria y siguen en activo, al menos, hasta final de año: “No hay nada decidido de qué se va a hacer. La voluntad es que se queden”, apunta una portavoz de la consejería riojana.
Aragón ha advertido de que será cada centro sanitario el que estudie caso por caso los 1.500 refuerzos para ver si se necesita o no su continuidad. Asturias, Castilla y León, Ceuta y Melilla han asegurado no disponer de la información.
En el País Vasco, la plantilla estructural del sistema de salud ronda los 33.000 profesionales, pero durante algunos momentos de esta pandemia se ha acercado a los 40.000, es decir 7.000 refuerzos más. La consejería no facilita cifras concretas de los trabajadores adicionales que hay ni cuántos se quedarán en el sistema.
Tampoco en Madrid están claras las cifras. Preguntada por EL PAÍS, la Consejería de Sanidad, a través de un portavoz, cifra en “más de 11.000″ los contratos covid. Según su último desglose de estos profesionales, de junio, eran más de 11.100; y siete meses antes, en noviembre de 2020, los cifraron exactamente en 11.324. Sin embargo, no explican que muchos de ellos era ya personal del Sistema Madrileño de Salud sin contrato fijo y, en cualquier caso, las cifras del portal estadístico del personal del Sistema Madrileño de Salud (Sermas) no reflejan esos números y las cifras han subido y bajado cada mes desde marzo del pasado año.
Los sindicatos auguran un invierno “terrible” por la falta estructural de personal y las cargas de trabajo
María José García, portavoz del sindicato Satse, recuerda que “la pandemia no se ha terminado” y queda por delante una importante campaña de vacunación contra la gripe y el dispositivo para pinchar las terceras dosis de la vacuna contra la covid: “Se espera un invierno muy malo porque el personal está agotado y el nivel de estrés es increíble. Hay un acúmulo de trabajo y listas de espera que no se puede aguantar más”.
Coincide María José Campillo, de la Confederación de Sindicatos Médicos de España: “El panorama es muy malo porque antes de la pandemia ya estábamos al límite. Hay gente dejando la profesión porque ya no puede más”.
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (Csif) asegura “se van pueden producir en toda España” unos 50.000 despidos de sanitarios tras la finalización de los denominados ‘contratos Covid’. Ello se suma, según datos del sindicado, a lo más de 13.000 que e efectuaron el pasado 13 de septiembre.
Según Hontangas, en el pico de la pandemia se realizaron 94.000 contratos, el mes pasado se despidió a 13.311 sanitarios, por lo que nuestra estimación es que más de 50.000 contratos no están asegurados.
Aunque el responsable del sector sanitario indica que “ojalá la pandemia baje”, considera que las plantillas van a quedar desmanteladas.
No estábamos preparados para afrontar una crisis de esa magnitud, en gran parte por los recortes aplicados en la sanidad durante los últimos años. Y ahora que la pandemia está evolucionando de manera positiva, vemos que los centros de salud se han quedado ‘tocados’ y no se encuentran a punto para recuperar la normalidad.
En la misma línea, los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2022 carecen de la inversión necesaria para el Marco Estratégico de Atención Primaria (AP) ya que sería necesario invertir más de 1.600 millones de euros (10 veces más de lo previsto) el próximo año según un análisis realizado por Csif sobre el marco presupuestario de la Sanidad.
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