Lectura fácil
José Luis Fernández Santillana, presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (Ceoma), alerta sobre el aumento de los precios del seguro de salud, que se vuelve más inaccesible en el momento en que más se necesita.
Este encarecimiento afecta especialmente a las personas mayores de 65 años, cuyos costes son casi tres veces más altos que los de los usuarios de 40 años. El sobreprecio, que ronda los 100 euros mensuales, eleva el coste del seguro de salud para los mayores de 65 a aproximadamente 180 euros al mes.
El seguro de salud privado, una necesidad creciente
El seguro de salud se ha vuelto esencial para muchas personas debido a “la disminución de la calidad de la sanidad pública, especialmente a partir de la pandemia”, según lo reconoce Rubén Sánchez, secretario general de la organización de consumidores Facua. De acuerdo con datos de la patronal aseguradora Unespa, en España hay 12,4 millones de personas con un seguro de salud privado, lo que representa el 25,8 % de la población, y 1,8 millones de ellas contrataron su póliza desde 2020. Esto, a pesar de que en este periodo la prima media del sector ha subido un 50 %.
Fernández Santillana señala que en la sanidad pública es común tener que esperar mucho tiempo para hacerse una prueba diagnóstica y luego para recibir los resultados, mientras que en un seguro privado todo se resuelve en unas pocas semanas. Por esta razón, añade, “las personas mayores terminan pagando el incremento de la prima, incluso si eso implica reducir sus gastos en ocio u otros ámbitos”.
El riesgo para los mayores
Las compañías de seguros argumentan que el incremento de las primas según la edad se basa en criterios técnicos, similares a los utilizados en los seguros de automóvil o de hogar: aquellos clientes que representan un mayor riesgo, pagan más. Según Rubén Sánchez, "como todos están cubiertos por la sanidad pública, las aseguradoras no tienen la obligación de ofrecer un servicio universal, y si consideran que alguien tiene un alto riesgo, pueden cobrar lo que deseen o incluso negarse a asegurar a esa persona". De hecho, muchas aseguradoras no aceptan a clientes mayores de 65 o 70 años, y algunas no solo incrementan las primas, sino que también pueden optar por no renovar la póliza de aquellos que hayan generado altos costes. Este tipo de situaciones representaron el 5 % de las reclamaciones presentadas ante la Dirección General de Seguros en 2022.
Las injusticias en el aumento de primas
Muchas aseguradoras no aceptan a clientes mayores o los dejan fuera si generan demasiados gastos. Laureano Molins, jefe del servicio de Cirugía Torácica del Hospital Clínic y del Centro Médico Teknon de Barcelona, comenta que con frecuencia se encuentra con pacientes preocupados por la posibilidad de perder la cobertura de su seguro de salud privado y no poder seguir siendo atendidos por el médico que los trató durante su enfermedad. "Es incomprensible que una persona que ha pagado durante 40 años y ha generado ganancias para la compañía pueda ser despedida o que se le impongan aumentos excesivos en las primas para evitar que renueve su póliza", afirma. Según su opinión, las aseguradoras, que son grandes grupos con enormes beneficios y patrimonios, deberían comprometerse a no subir las primas a los mayores de 65 años más que a otros clientes, o hacerlo únicamente en función del IPC.
La exclusión de los mayores
Las asociaciones de mayores piden al Gobierno que recupere para ellos la desgravación fiscal. Algunas aseguradoras intentaron atraer clientes ofreciendo una prima única sin discriminar por edad, pero tuvieron que abandonarlo. Atraían a los mayores, que gastan más y generan pérdidas, pero no lograban captar a los jóvenes, que encontraban primas más baratas en otras compañías.
En 2025, será más difícil acceder a un seguro de salud: las aseguradoras han anunciado subidas de entre el 10 % y el 15 %, las más altas en diez años. Según la Fundación IDIS, esta subida se debe al aumento de los costes sanitarios, el envejecimiento de la población y los avances tecnológicos que encarecen los tratamientos. Los hospitales privados y las aseguradoras deben ajustar sus tarifas para seguir ofreciendo coberturas y servicios de calidad. Además, el uso del seguro ha aumentado, y en muchos casos, ya no se considera solo un complemento a la sanidad pública, sino una alternativa.
Añadir nuevo comentario