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La música es un lenguaje universal, como decía Stevie Wonder, y tiene el poder de derribar barreras. Este es el objetivo del taller de musicoterapia organizado por la Fundació Badalona y el Área Social de GAES, donde personas mayores con discapacidad auditiva e intelectual se reúnen semanalmente. A pesar de las dificultades emocionales y sociales de los participantes, el taller ha mejorado tanto su bienestar cognitivo como emocional en poco tiempo.
La música como lenguaje universal e inclusivo
“La música es un lenguaje universal”, decía Stevie Wonder, y esta premisa cobra vida en un taller de musicoterapia organizado por la Fundació Badalona y el Área Social de GAES. Cada semana, un grupo de personas mayores con discapacidad auditiva e intelectual se encuentra para participar en esta actividad, que según ellos ha transformado sus vidas.
José Antonio, uno de los participantes, comenta que antes del taller su sordera lo había llevado a sentir que ya no valía la pena esforzarse.
Sin embargo, tras solo unas semanas, los resultados fueron visibles, con mejoras tanto cognitivas como emocionales, ayudando a los participantes a superar barreras y encontrar nuevas formas de comunicación.
Los miembros del taller, con distintas discapacidades y algunos también con enfermedades mentales, han encontrado en la música una forma de aliviar emociones, fortalecer su autoestima y mejorar sus relaciones interpersonales.
A pesar de las dificultades emocionales que han enfrentado, muchos de ellos, como José Antonio, han redescubierto el placer de conectar con la música, bailando y cantando sin el miedo de no ser entendidos.
Musicoterapia: Un refugio de risas y momentos de escape y bienestar
La musicoterapia ha ofrecido no solo una vía de expresión, sino también un refugio de risas y momentos de escape, mejorando su bienestar en muchos niveles.
Además de ser un aliciente semanal, la música ayuda a estimular la memoria y a mejorar la dicción y el lenguaje del grupo. José Antonio, que al principio no entendía las canciones, ahora disfruta cantándolas, lo que demuestra los avances alcanzados gracias a este enfoque terapéutico.
A medida que los participantes se sumergen en las sesiones de musicoterapia, cantando y bailando, van dejando atrás sus inseguridades y superando barreras que antes parecían insalvables.
Las personas mayores y con discapacidad se enfrentan a dificultades cotidianas
Muchas personas con discapacidad, al enfrentar las dificultades cotidianas, tienden a rendirse, a creer que ya no pueden más o que nunca serán capaces de hacer lo que una vez hicieron. La falta de apoyo emocional y social a menudo lleva a la autocrítica y la infravaloración.
Sin embargo, la magia de la musicoterapia radica en su capacidad para despertar emociones dormidas y habilidades olvidadas. Así, cada canción, cada ritmo, se convierte en una invitación a descubrir que aún hay mucho por ofrecer.
Este proceso no solo mejora su capacidad para moverse al ritmo de la música, sino que también les ayuda a reforzar su confianza y a sanar emocionalmente. La musicoterapia se convierte así en una vía para que cada uno de ellos recupere la sensación de control sobre su vida, de pertenencia a un grupo, y de conexión con lo más profundo de sí mismos.
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