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Ericka Hart, educadora sexual y superviviente de cáncer de mama, se ha unido a Womanizer en una campaña durante el Mes de Sensibilización sobre este tipo de cáncer para ampliar la educación sobre el impacto del tratamiento del cáncer en la sexualidad y el placer de los pacientes. Su objetivo es desafiar la falta de conciencia y compasión hacia las personas queer, trans, no binarias y de género no conforme que enfrentan a estos tratamientos.
La campaña iniciada por Hart y Womanizer se centra en la búsqueda por integrar debates sobre la sexualidad y el placer en la atención oncológica, brindando apoyo y empoderamiento a quienes viven con cáncer de mama. También pretende reformular el diálogo sobre el cáncer y la sexualidad, enfatizando que el placer es esencial en un proceso de curación holístico.
"Estoy esperando el día en que vea a una superviviente de cáncer de mama en una escena de sexo mostrando con orgullo sus cicatrices de doble mastectomía", comenta la especialista en un comunicado de prensa.
El placer puede ser una herramienta clave en el tratamiento del cáncer de mama
"Cuando la enfermedad es el único centro de atención, se ignoran todos los aspectos que contribuyen a la salud de las personas, lo que hace que el paciente sienta que lo único que debe tratarse es lo que está "mal", lo que le lleva a creer que algo va mal con ella. He tenido que trabajar muy duro para recuperar el placer para mí misma", comenta Hart sobre su experiencia y señala que el enfoque médico tradicional pasa por alto cuestiones que también pueden ser clave para la curación.
Para demostrarlo, la plataforma Womanizer, en colaboración con la Universidad Médica Charité de Berlín, han sacado adelante una investigación sobre el impacto positivo de la masturbación en el bienestar sexual de los supervivientes de cáncer de mama. Los resultados preliminares indican una respuesta positiva, respaldando la eficacia de los juguetes sexuales en el tratamiento de las disfunciones sexuales en los pacientes.
"Experimenté mucho dolor físico y emocional a lo largo de mi viaje por el cáncer", comenta Ericka Hart sobre su experiencia propia, señalando además que la masturbación fue "una gran manera para mí de reclamar mi cuerpo, experimentar el dolor en mis términos realmente me hizo sentir no sólo un ser sexual, sino liberada", remarca. Los resultados de la investigación también la respaldan y destacan la importancia de abordar la sexualidad en la atención a pacientes con cáncer de mama.
Una brecha de género en la atención médica
Desde la plataforma defienden que históricamente, los problemas de salud de la mujer han sido poco estudiados, lo que ha dado lugar a importantes lagunas en la comprensión de los problemas de salud específicos de la mujer. Así pues, enfermedades como el cáncer de mama, cuyo impacto es mucho más representativo en las mujeres, no solo requieren de mayor visibilidad, sino también de investigaciones que se muevan en todos los planos de la salud femenina, incluyendo la sexual.
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