Italia aprueba el suicidio asistido a un hombre tetrapléjico

El tema de la eutanasia y el suicidio asistido va más allá de las fronteras españolas, en este caso, las noticias relacionas con este tema han llegado hasta Italia.

Un hombre tetrapléjico de 43 años, inmovilizado en la cama durante los últimos diez, ha sido autorizado para recibir el suicidio médicamente asistido. Tras una sentencia del Tribunal Constitucional, el servicio sanitario público constató que el hombre se encuentra dentro de las condiciones para acceder a acabar con su sufrimiento acompañado de un médico.

Mario, un hombre ficticio

Mario es su nombre ficticio, el que le ayuda a mantener oculta su identidad. Se trata de un tetrapléjico de 43 años que llevaba más de un año solicitando al hospital que verificase sus condiciones de salud para poder acceder al suicidio asistido y terminar de una vez por todas con el sufrimiento tras un fatídico accidente de tráfico. Tras dos años de batallas, por fin ha conseguir lo que quería, sin necesidad de viajar a otros países como Suiza, algo que han hecho varias personas italianas.

El Tribunal Constitucional impuso cuatro condiciones para que no se pueda 'castigar a quien ayuda al suicidio': voluntad libre y autónoma del paciente, capacidad de decidir, sufrimientos físicos y patológicos insoportables y patología irreversible. El Comité de Ética constató que el hombre se encuentra dentro de las condiciones establecidas por el Consejo para poder acceder al suicidio asistido, la droga letal que ponga fin al largo sufrimiento.

“Hemos conquistado en Italia el derecho de poder elegir sobre la propia vida”

La codefensora de Mario y secretaria de la organización Coscioni, Filomena Gallo, dijo “hemos conquistado en Italia el derecho de poder elegir sobre la propia vida” y define de “cruel” haberle hecho “esperar 15 meses porque la sentencia del Constitucional ya tiene valor de ley”. Tras la primera negativa por parte del servicio regional de Las Marcas (ASUR), la decisión final del Tribunal de Ancona, además de dos advertencias legales de ASUR, hizo obtener a Mario la opinión favorable del Comité de Ética. Todo ello después de que los médicos le confirmaran que tenía derecho al acceso legal al suicidio asistido.

Mario, según explicó Gallo, ya estaba preparado para irse a Suiza cuando acudió a la asociación Coscioni, quien le ha acompañado durante todo el recorrido legal hasta lograr su deseo. “Me siento más ligero, me he liberado de toda la tensión acumulada en los últimos años”, dijo Mario tras conocer la aprobación de su suicidio asistido.

Ahora “proporcionaremos, en colaboración con un experto, los detalles de los métodos de administración del fármaco adecuado”

La abogada añadió que ahora “proporcionaremos, en colaboración con un experto, los detalles de los métodos de autoadministración del fármaco adecuado para Mario, en función de sus condiciones. La sentencia del Tribunal Constitucional establece que a la estructura pública del Servicio Nacional de Salud solo le corresponde la verificación de las modalidades ante el comité de ética territorial competente”.

Añade además que en Italia se pueden suspender los tratamientos de apoyo vital, dar cuidados paliativos y sedación profunda, tal y como prevé la ley del testamento biológico, “pero si Mario no hubiera sido capaz de autosuministrarse el fármaco hubiera necesitado la eutanasia directa, y eso todavía está considerado un delito”.

El referéndum en base a la propuesta de la eutanasia activa, con más de 1,2 millones de firmas, propone derogar una parte del artículo 579 del código penal, el que sanciona la asistencia en el suicidio. De esta manera se permitiría la eutanasia activa, cuando el médico administra la droga necesaria para morir, actualmente ilegal en Italia.

Este caso de suicidio asistido ha tenido mucha polémica en Italia, al igual que sucedió en España. Un gran colectivo está en contra de la eutanasia y del suicidio asistido, lo ven como “una forma rápida y sencilla” para acabar con la vida sin apenas sufrir. Otros, en cambio, apoyan esta idea sin cesar, ya que se ponen en la piel del afectado y sienten la necesidad de que, tras tantos años de sufrimiento, no merece continuar con ese “castigo”.