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Uno de los mayores placeres de la gente es recoger los alimentos de la huerta. Entre ellos, se encuentran los tomates, a los que algunos, al partirlos le echan una pizca de sal para potenciar el sabor.
Aunque estamos acostumbrados a ver tomates en las tiendas y supermercados durante todo el año gracias a los invernaderos, la temporada de este producto se encuentra entre agosto y octubre.
Pese que no estén de temporada, los tomates pueden consumirse durante todo el año aunque, en ocasiones, pueden ser algo insípidos. Al echar la sal a este alimento se comienza un proceso denominado ósmosis. Consigue extraer líquidos y sacar el mayor jugo posible a los tomates.
Gracias a la sal, conseguimos unos tomates más sabrosos
La sal hace que los tomates sean más sabrosos y tengan menos agua. No solo provoca cosas en los alimentos, sino que también juega su papel -muy acertado- en nuestro propio cuerpo.
La sal estimula las glándulas salivales haciendo que produzcan más saliva y por lo tanto que se distribuya mejor el sabor por las papilas gustativas, suprimiendo los posibles sabores amargos y potenciando más la dulzura y la acide del tomate.
Esta hortaliza es un buen alimento para la salud
Los tomates son un buen alimento para la salud. Además de ser una de las piezas clave de la dieta mediterránea ayuda a prevenir diversos tipos de enfermedades como las enfermedades cardiovasculares: riesgo de sufrir diabetes, alzhéimer, ceguera, sordera y otros trastornos asociados al envejecimiento prematuro. Además, son un gran alimento para cuidar los huesos.
Ayudan a prevenir el cáncer, sobre todo si afecta a riñón, próstata, pulmón, intestino, estómago y pulmones. Además, debemos saber que los tomates cocinados están mejor que los tomates crudos. El licopeno se absorbe con el triple de eficacia después de que el calor haya roto las membranas celulares y haya permitido su salida.
Por eso las fuentes más abundantes de licopeno son los purés, y sobre todo las salsas o los concentrados, y aún más si se elaboran en casa con tomates maduros de temporada y aceite de oliva, que favorece su absorción.
Un tomate mejora el funcionamiento del corazón
Comerse una hortaliza de estas al día mejora la actividad de nuestro corazón. Así lo ha revelado un estudio de la Universidad de Cambridge. La investigación confirmó los resultados de estudios anteriores, como el de la Universidad del Este (Finlandia), que había seguido la evolución de mil hombres de 46 a 65 años durante 12 años y había hallado que aquellos con niveles más altos de licopeno en la sangre tenían un 60 % menos de riesgo de sufrir un infarto.
Para querer probar un tomate siempre tienes tiempo ya que existe hasta 20.000 variedades. La gran cantidad de semillas que poseen hacen que sean uno de los mejores transportes del sabor umami. El umami, llamado el quinto sabor, ofrece una experiencia gustativa especial, porque sirve de puente entre otros sabores, y es capaz de sensibilizar al paladar, haciéndolo más receptivo.
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