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La tortuga sigue siendo el animal más viejo e histórico del mundo. Sin embargo, muchos se preguntan cuál es la verdadera razón por la que este reptil vive durante tantos años. Pues bien, dos estudios científicos publicados en la revista Science nos resuelven todas las dudas.
Dos estudios sobre el envejecimiento y la esperanza de vida de estos reptiles
Seguramente que en alguna ocasión hayas mirado a tu tortuga y te hayas preguntado cuántos años podría llegar a vivir. Es una duda que a muchos nos pasa por la cabeza de vez en cuando, ya que las tortugas se consideran de los reptiles más longevos e históricos de todo el mundo. Por eso, dos estudios científicos se han centrado en sus características y han logrado resolver esta gran duda.
Esta semana, la revista Science publicó dos estudios individuales acerca del envejecimiento y la esperanza de vida de las tortugas. El primero se ha llevado a cabo por los investigadores de la Universidad del Sur de Dinamarca, quienes han estudiado y analizado a un total de 52 especies distintas, tanto de zoológicos como de acuarios a nivel mundial.
En este primer estudio, el coautor del estudio, Fernando Colchero, ha señalado que las teorías evolutivas del envejecimiento se han hecho sobre los mamíferos, por lo que se ha podido comprobar que este proceso sigue existiendo en las aves, pero no siempre en los reptiles, ya que tienen estrategias de supervivencia distintas.
Por otro lado, el segundo estudio liderado por científicos estadounidenses ha estudiado los reptiles y los anfibios de hasta 77 especies distintas que viven en libertad en poblaciones de todo el mundo.
Su autor principal, David Miller, insiste en el estudio sobre el envejecimiento de algunos animales y su principal motivo para comprender mejor el envejecimiento de los humanos. También destaca la posibilidad de definir estrategias para proteger a reptiles y anfibios.
El 75 % de las especies de tortugas muestran una senescencia muy lenta
Los expertos daneses han observado un dato clave: el 75 % de las especies de tortugas que se analizaron muestran una senescencia muy lenta, llegando incluso a una falta de envejecimiento biológico. La senescencia insignificante se utiliza para dirigirse a organismos que no muestran un envejecimiento biológico.
Asimismo, muchos expertos del estudio afirman que algunas especies pueden reducir su tasa de envejecimiento para mejorar las condiciones de vida en zoológicos y acuarios, a diferencia de cuando se encuentran en total libertad salvaje.
Este hecho también ocurre en los humanos, ya que la mejora de las condiciones ambientales puede determinar una reducción de la mortalidad infantil, pero las tasas de envejecimiento apenas se modifican.
La madurez sexual es el fin de su envejecimiento
Volviendo al término de senescencia, los individuos alcanzan este hecho tras la madurez sexual, lo que significa que a partir de ahí dejan de crecer y comienzan a experimentar un deterioro gradual en sus funciones corporales. Aun así, algunas especies como las tortugas, alcanzan la madurez sexual y siguen creciendo.
Otro dato muy curioso es que, a pesar de la edad, las tortugas y muchos otros reptiles aumentan su capacidad de reproducirse. Por ejemplo, la cantidad de huevos que puede poner una tortuga hembra cuando alcanza la madurez sexual es solo una fracción de las que puede poner cuando es más vieja. Así lo explica Colchero.
Es importante tener en cuenta que a pesar de que algunos animales como las tortugas muestren una buena “conservación” y su riesgo de muerte no aumente, continúa existiendo, por lo que su longevidad no está del todo prescrita.
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