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La Navidad está plagada de tradiciones, supersticiones y rituales que año tras año se repiten en las cenas y reuniones familiares como parte indisoluble de estas fiestas.
Fuera de nuestras fronteras, alguno de estos hábitos y tradiciones alcanzan tal nivel de extravagancia que merecen una mención especial.
Lo importante de la Navidad es que es un momento para celebrar nuestras tradiciones más antiguas, y algunas son muy extrañas
La Navidad se ve igual en la mayoría de las ciudades del mundo, pero, detrás del árbol, las luces y los regalos, hay unas cuantas prácticas que le dan un toque diferente a la fiesta en cada lugar el mundo.
El objetivo es el mismo, pero todos tienen su forma personal de hacerlo.
Aquí te dejamos algunas de estas tradiciones navideñas:
La Navidad… esa entrañable época del año en la que se come en Kentucky Fried Chicken
Cuando pensamos en menús navideños, pensamos en mesas llenas de platos hipercalóricos con postres y dulces cargados de azúcar. Pero hay menús más exóticos… Entre ellos, las tradicionales orugas fritas que se consumen en Sudáfrica por Navidad. Otra receta de Navidad que se sale de lo habitual es el “kiviak”, una delicatessen típica de Groenlandia que se prepara con pequeñas aves marinas fermentadas en el interior de una piel de foca, en la que permanecen durante un mínimo de 3 meses.
En Japón solo alrededor de un 1 % de la población celebra la Navidad y los que lo hacen, suelen ir a comer a Kentucky Fried Chicken. En 1974 la cadena de comida rápida lanzó una campaña promoviendo un menú especial de Navidad que estaba pensado para los turistas y expatriados que buscasen algo parecido a una comida tradicional navideña.
Juegos de niños y de mayores
Una de las tradiciones más raras y curiosas de Navidad es la del Cagatió, típica de Cataluña y que podrás vivir en directo si vienes a pasar estas fechas en Barcelona. El Tió es un tronco pintado con una cara sonriente, que suele estar tapado con una manta y al que “se le da de comer” durante varios días. El día de Navidad los niños lo golpean con bastones mientras le cantan una canción para que cague dulces y pequeños regalos.
En Alemania en cambio, los niños consiguen pequeños regalos si encuentran el pepinillo que se tiene por costumbre esconder en el árbol de Navidad.
En Samnaun, Suiza, cada año se celebra el ClauWau, o lo que viene a ser algo así como el Campeonato Mundial de Papá Noel. Durante dos días, equipos de aspirantes a Santa Claus de todo el mundo compiten en pruebas que van desde la escalada de chimenea, la lucha de bolas de nieve, la conducción de trineos o la decoración navideña.
En Holanda, San Nicolás, el santo italiano cuya figura ha dado origen a que en todo el mundo se haya extendido el mito de Santa Claus, se hace acompañar por un mítico personaje de las navidades neerlandesas. Zwarte Piet, es el paje de cara negra que ayuda a San Nicolás a repartir los regalos entre los niños que se han portado bien. Su aspecto físico se describió por primera vez en 1950 y desde entonces es un habitual en las calles holandesas el día previo a la fiesta de San Nicolás (6 de diciembre).
En Escandinavia tienen una tradición que podría tener lugar en la película. Se trata de quemar a la cabra de Gävle, aunque no es una real, sino más bien una figura de una cabra y algunos pueblos incluso construyen versiones enormes.
Espíritus y monstruos
Los monstruos no suelen ser protagonistas de la Navidad, una época que se asocia tradicionalmente con la luz y la alegría. Pero donde hay ángeles también hay demonios y en Austria los niños deben ir con cuidado porque si no se portan bien, Krampus, el demonio de la Navidad, les azotará con ramas.
En Islandia sin embargo, es el Gato de Yule el que se encarga de devorar a todos aquellos que no hayan recibido ropa nueva antes de la noche de Navidad.
Otra de las tradiciones más curiosas de Navidad la encontramos en Guatemala, donde es costumbre barrer, hacer limpieza y crear una pila de basura sobre la que se pone una efigie del diablo antes de quemarla. En Noruega, en cambio, durante la Nochebuena las escobas se esconden para que las brujas y los espíritus malignos no puedan robarlas.
En Portugal una de las tradiciones más raras por Navidad de sus habitantes es honrar a los difuntos durante la “consoada”, en Nochebuena, dejando sillas libres en la mesa para los espíritus de los seres queridos que ya no están en este mundo. En Finlandia, en cambio, tienen la tradición navideña de recordar a los difuntos encendiendo velas sobre sus tumbas.
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