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En la actualidad existen multitud de problemas y malformaciones dentro de nuestro cuerpo, sobre todo cuando nos referimos a la zona más íntima. En el caso de las mujeres, la mayoría de ellas desconocen estos problemas, sin embargo, muchas otras conocen estos problemas al realizarse algún tipo de ecografía o revisión ginecológica.
Una de las malformaciones menos conocida pero más frecuente, es el llamado útero arcuato o arqueado. Te contamos todos los detalles sobre ello.
Las malformaciones uterinas son bastante comunes: ¿Qué es el útero arcuato?
Las mujeres a menudo descubren que tienen una malformación uterina cuando se someten a su primera ecografía en España. Esta revelación puede ocurrir cuando intentan concebir y enfrentan dificultades. Sin embargo, no todas las malformaciones uterinas resultan en complicaciones. Hoy, nos enfocaremos en una variante poco conocida pero relevante: el útero arcuato o arqueado.
Este tipo de útero se caracteriza por una ligera hendidura en su parte superior, con una profundidad inferior a 10 milímetros, según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). Esta característica distingue al útero arcuato de otras malformaciones, como el útero septo, donde la hendidura es más pronunciada.
Aunque es una variante común de la anatomía uterina, muchas mujeres desconocen su existencia y no comprenden las implicancias de este diagnóstico. ¿Puede esta condición generar complicaciones durante el embarazo o afectar la fertilidad? Dada la pequeña profundidad de la hendidura, las posibilidades parecen mínimas. No obstante, es importante entender qué puede suceder realmente en estos casos.
¿Esta malformación afecta a la reproducción femenina?
Los expertos han afirmado que este hecho no afecta la fertilidad ni la capacidad de reproducción de una mujer. Por lo tanto, si una mujer ha recibido este diagnóstico y tiene el deseo de ser madre, no hay razón para preocuparse en términos de concepción. Sin embargo, la situación cambia en relación con el riesgo de aborto.
Según el libro “Anomalías congénitas del útero”, se observa que “el aborto durante el segundo trimestre es más común en mujeres con útero arcuato, útero septo/subsepto o útero bicorne”.
Este dato es especialmente relevante porque, por lo general, los abortos espontáneos son más frecuentes durante el primer trimestre del embarazo, lo cual no es el caso en mujeres con este tipo de útero.
Además, si el embarazo progresa favorablemente, no hay evidencia que sugiera un mayor riesgo de parto prematuro. Por lo tanto, este es un aspecto crucial a considerar, ya que la tasa de aborto durante el segundo trimestre en casos de diagnóstico es del 2,39 %.
¿Existe tratamiento?
El útero arcuato, al no producir síntomas notables como dolores menstruales intensos o molestias pélvicas, no se considera una condición que requiera tratamiento. La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), en su “Estudio y tratamiento de la esterilidad de origen uterino”, sostiene que la cirugía para corregir este problema no se recomienda. Esto se debe a que la intervención quirúrgica no mejora los resultados reproductivos y las mujeres afectadas suelen ser asintomáticas.
Además, la SEGO enfatiza que, dado que este tipo de útero permite un embarazo normal en aproximadamente el 85 % de los casos, no hay indicación para un tratamiento específico. Esto implica que las mujeres que deseen ser madres generalmente pueden concebir sin problemas significativos.
Sin embargo, aunque la gestación suele desarrollarse sin complicaciones, existe una ligera posibilidad de aborto durante el segundo trimestre. A pesar de este riesgo, la mayoría de los embarazos en mujeres con útero arcuato progresa de manera normal.
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