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Según el Instituto Europeo de Fertilidad, una de cada 10 mujeres en edad fértil presenta algún problema para quedarse embarazada, y el factor uterino, es decir, los problemas de útero, son una de las causas más frecuentes. Y no solo porque puede dificultar o impedir un embarazo, sino también porque, una vez una vez logrado, si existen determinados problemas en este órgano, el probable que el embarazo se complique.
En este artículo hablamos sobre la importancia del útero para la salud general de la mujer y el desarrollo de enfermedades uterinas que puedan ser causa de infertilidad.
El útero es el órgano más grande del aparto reproductor femenino
El útero o matriz es un órgano muscular hueco ubicado en la pelvis femenina, entre la vejiga y el recto. En su interior se desarrolla el bebé cuando se produce el embarazo, por lo que cualquier problema localizado en él puede ser causa de esterilidad o infertilidad femenina.
Este órgano cuenta con una parte alargada y estrecha ubicada en la zona inferior, llamada cérvix o cuello del útero, y otra más ancha en la parte superior formada por dos capas: el endometrio (la capa más interna) y el miometrio (la capa externa).
Su forma se asemeja a la de una pera invertida, y cuando no hay embarazo tiene unas medidas aproximadas de 8 cm x 5cm x 3 cm (longitud, ancho y grosor) y un peso de entre 50-70 gramos. Tras el embarazo, tanto las medidas como el peso pueden variar ligeramente, llegando a los 9 o 10 cm de longitud y a los 80 gramos de peso.
Funciones del útero
En las mujeres que están en edad fértil, los ovarios producen la hormona estrógeno al comienzo del ciclo menstrual. El estrógeno ayuda a preparar el recubrimiento del útero (endometrio) para un embarazo. Cuando el útero está listo, uno de los ovarios libera un óvulo que baja por la trompa de Falopio, donde espera la posible fecundación.
Si la mujer queda embarazada, el óvulo ya fecundado se mueve hasta el útero, donde se adhiere al endometrio. Si no queda embarazada, el endometrio y el óvulo no fecundado se eliminan a través de la vagina durante la siguiente regla.
Malformaciones y problemas de útero
Dentro de los problemas de útero, encontramos muchas causas o patologías concretas, que van desde malformaciones congénitas hasta tumoraciones o sinequias. Veamos las más habituales.
- Fibromas o miomas.
- Ademiosis o endometriosis de la pared uterina.
- Hiperplasia endometrial.
- Prolapso uterino.
- Adherencias intrauterinas.
- Cervicitis.
- Pólipos endometriales.
- Retrodesviación uterina.
- Sangrado uterino anormal.
- Síndrome de Asherman
Cuando una mujer presenta anomalías congénitas en esta zona o problemas de útero, se dice que tiene malformaciones Müllerianas. Dentro de estas malformaciones, según la clasificación de la web Reproducción asistida.org, encontramos:
- Agenesia mülleriana. El útero no se ha llegado a formar, y a veces tampoco las trompas de Falopio o el cérvix. Cuando esto ocurre, se denomina síndrome de Mayer-Rokitansky-Kuster-Hauser y, lógicamente, en este caso es imposible un embarazo, pues la mujer que lo padece ni siquiera llega a menstruar. Esta malformación representa entre el 5-10 % del total.
- Útero unicorne. Cuando solo se desarrolla uno de los conductos de Müller, el útero suele tener la mitad del tamaño normal y una sola trompa. Dentro de este tipo de útero encontramos varios problemas: Sin cuerno rudimentario (solo hay un cuerno), con cuero rudimentario funcionante, con cuerno rudimentario no funcionante. Dependiendo del tipo de útero unicorne se producirá o no infertilidad. Y es que, aunque las mujeres con esta malformación sí pueden quedarse embarazadas, en muchos casos hay probabilidades de que el embarazo sea ectópico, haya abortos, partos prematuros y cesáreas. También puede tener lugar un embarazo sin complicaciones. Su prevalencia es del 20 % dentro de las malformaciones uterinas. Las mujeres con esta malformación no suelen presentar síntomas, aunque corren un mayor riesgo de padecer endometriosis.
- Útero bicorne. Si los conductos de Müller no se fusionan bien, puede aparecer lo que se conoce como un útero bicorne. Esto da lugar a dos cavidades uterinas simétricas y pequeñas que no se han desarrollado correctamente (útero bicorne completo) o a un útero en forma de corazón (útero bicorne parcial). En función de la gravedad de esta malformación será más o menos complicado conseguir un embarazo y mantenerlos, pues con esta malformación son más probables los partos prematuros, los abortos, los problemas durante el parto e incluso de malformaciones fetales.
- Útero septado. Este tipo de útero se produce cuando, debido a un fallo en la reabsorción del tabique central que separaba los conductos de Müller, la cavidad uterina se encuentra separada por un tabique o septo. Si este tabique llega hasta la mitad del espacio uterino se denomina septo parcial, y si se prolonga hasta el cérvix, septo completo. Si el tabique es muy pequeño se denomina arcuato, pero este tipo suele dar pocos problemas y se considera una variante del útero normal. El septado es la malformación mülleriana más frecuente (representa el 55 % de los casos) y se asocia a abortos de repetición, pues el riesgo de aborto con un útero septado es del 60 %, según se afirma en Reproducción asistidfa.org. Si el embarazo sigue adelante, el riesgo de parto prematuro también es elevado, de hasta el 33 %. La buena noticia es que en muchos casos puede operarse.
- Útero didelfo. Se conoce también como útero doble porque se produce cuando los conductos de Müller se desarrollan, pero no se fusionan. Esto da lugar a dos cavidades uterinas independientes, con dos cuellos uterinos (unicollis) y, a veces, también dos vaginas (bicollis). En este caso, la fertilidad de la mujer no se ve perjudicada, pero sí pueden darse más casos de abortos de repetición, partos prematuros, complicaciones en el parto, etc. Representa el 5 % de las malformaciones del útero.
Los principales síntomas que nos harán sospechar de algún tipo de problemas de útero son:
- Abdomen distendido.
- Dolor en la zona pélvica.
- Necesidad de orinar constantemente o bien incapacidad para ello.
- Estreñimiento y acumulación de gases.
- Dolor durante las relaciones sexuales.
- Menstruaciones abundantes y prolongadas.
Las causas de las hemorragias anormales incluyen problemas hormonales, infecciones, problemas tiroideos, fibromas, pólipos, cáncer.
La patología más frecuente son los miomas uterinos, pero en ocasiones hay mujeres que no presentan ninguna molestia hasta que su tamaño es excesivo.
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