Un estudio elaborado por la EAE Business School asegura que en 1993 bastaban 2,6 años de salario completo para ahorrar la entrada para una vivienda, mientras que actualmente se necesitan 3,6 años, lo que supone un aumento de tiempo del 36,7 %.
Las personas con discapacidad, las personas mayores y las víctimas de violencia de género son grupos vulnerables en la sociedad, por lo que reciben ayudas a la vivienda para promover su inclusión.
Las personas con discapacidad consideran la vivienda y el empleo como prioridades clave para el año 2025. Aunque los datos de empleo han mejorado en los últimos años, la mayoría de los contratos aún se realizan en el ámbito protegido, y muchas viviendas en España no son accesibles.
El Reino Unido iniciará un estudio para ayudar a las personas sin hogar, pagándoles necesidades específicas como alquiler o ropa, en lugar de dar dinero directamente.