Las zonas verdes podrían ser capaces de reducir la delincuencia y las agresiones

En la actualidad mucho se trabaja por alcanzar ciudades y urbes mucho más sostenibles para la vida. Así, la idea de ampliar las zonas verdes y dejar que la naturaleza penetre en las construcciones de hormigón se ha empezado a convertir en una prioridad. Esto se debe ha que han surgido decenas de investigaciones que muestran una estrecha relación entre la mejora de la calidad de vida de las personas que viven rodeadas de vegetación.

Las zonas verdes no solo proporcionan espacios para la regulación térmica de las ciudades, algo especialmente importante ahora que el calentamiento global no hace más que incrementarse. De esta misma forma, se ha comprobado que el contacto directo con la naturaleza reduce los niveles de estrés y ansiedad, uno de los principales problemas de salud mental de la actualidad. Pero, ¿estos espacios verdes podrían tener otros efectos positivos?

Reducir la criminalidad, un efecto colateral positivo de las zonas verdes en las ciudades

Con estas ideas en mente, Marc A. Zimmerman, profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, se embarcó en un proyecto de investigación que le llevó hasta la ciudad de Flint, en la misma Michigan. Esta ciudad era conocida por el deterioro urbano generalizado, así como por sus elevados índices de criminalidad. Sin embargo, algo empezó a cambiar con un proyecto para ampliar algunas zonas verdes en el área.

En esta investigación, también se llevó a cabo la revisión de más de 45 estudios que afirmaban que las zonas verdes, ya fueran huertos urbanos, parques o simplemente árboles en las aceras, podían llegar a reducir el índice de delincuencia en los barrios que contaban con estas ventajas. Así, vieron que en Filadelfia, otra ciudad estadounidense con problemas de criminalidad, había visto reducido su índice con la plantación de césped y árboles.

En la misma línea, Zimmerman y algunos de sus compañeros de investigación, pudieron llegar a ver que durante 5 años, las calles de la ciudad de Flint habían sido mejoradas ampliamente a través del proyecto Clean & Green con el que no solo mejoraron los espacios deteriorados, sino que también crearon zonas verdes. Durante este periodo, los casos de agresiones y crímenes cometidos con violencia se redujeron en un 40 % .

"Es una de las conclusiones más consistentes que he obtenido en mis 34 años de carrera investigadora", afirmaba Marc A. Zimmerman en la publicación de este estudio.

La violencia arquitectónica

En estos últimos años se ha empezado a hablar sobre conceptos de violencia arquitectónica que hacen referencia a la forma en la que los espacios y las construcciones pueden ser nocivos para los ciudadanos. Uno de los factores que advierte de que esto pueda estar ocurriendo es precisamente la escasez de zonas verdes en los barrios. Esto suele verse con mayor facilidad en barrios marginados u obreros, dejando ciudades muchas veces ampliamente divididas por la frontera de la naturaleza.