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El calentamiento global comienza a notarse en lugares inesperados. El último punto que ha activado la alerta ha sido Alaska, donde la montaña más alta de EE.UU., el monte Denali (anteriormente denominado monte McKinley) esta a punto de sufrir un suceso inesperado.
El aumento de las temperaturas en la zona está provocando un deshielo sin precedentes, que está resultando en la descongelación de 60 toneladas de heces.
Según informan las autoridades del Parque Nacional Denali, esos excrementos han sido dejados por los más de 1.200 escaladores que cada año ascienden la montaña, que con casi total seguridad nunca imaginaron que sus heces acabarían siendo tan relevantes.
Y es que, lo que podría parecer un suceso cómico o anecdótico está resultando ser un serio problema sanitario y medioambiental. Según los especialistas, las heces en descongelación surgirán aplastadas, muy húmedas y biológicamente activas, por lo que es de temer la presencia de bacterias vivas tales como la Escherichia coli.
Además, el contacto de los desechos con el hielo en descongelación implica que el agua que emana de la gran montaña descenderá al valle contaminando el suelo, la flora y la fauna de la zona y haciendo resurgir antiguas enfermedades no presentes en la zona.
El glaciólogo Michael Loso considera que los primeros de esos desechos podrían reaparecer pronto: "Los primeros de esos residuos, acumulados en la parte baja del campamento de escaladores, podrían aparecer durante este verano e incluso desde este mes, mientras que aquellos que se encuentran en la cumbre empezarán a fundirse en el glaciar en las próximas décadas".
Es por esto que las autoridades americanas ya están barajando las diferentes opciones que tienen para ponerle solución a este inesperado problema.
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