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Lo sentimos cuando salimos a las afueras de las grandes urbes, cuando entramos en la naturaleza, llena nuestros pulmones y la sensación es más agradable que ninguna otra, tanto es así que cerramos los ojos para mantener esa sensación. Es el aire limpio llenándonos de vida, y cuando abrimos nuestros ojos, si lo hacemos durante las horas de sol, podemos ver un cielo azul que, sin saber muy bien porqué, nos reconforta.
Se sabe que el aire limpio es esencial para una buena salud, y que no tener tiene un impacto muy negativo sobre ella. Cada año se registran 15.000 muertes en España asociados a la contaminación atmosférica, según el estudio de la Carga Global de Enfermedad (GBD), en colaboración con el Instituto de Salud Global de Barcelona. Las cifras engordan considerablemente si atendemos a un conteo global, llegando a causar 6,5 millones de muertes prematuras en un año según Naciones Unidas.
Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul
Teniendo en mente lo importante que es el aire limpio para nuestra salud y la del planeta, desde las Naciones Unidas se ha estado trabajando para la sensibilización y la lucha contra la contaminación atmosférica. El punto de inflexión fue la presentación en 2015 de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, donde inevitablemente se instaba a trabajar en la reducción de gases contaminantes y de efecto invernadero.
Como parte de la promoción de esta importante labor, las Naciones Unidas también cuentan con una campaña específica que se celebra cada 7 de septiembre: el Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul. Diferentes actividades y actos por todo el país, buscan informar y concienciar a la población sobre la importancia de cuidar de nuestros cielos.
Este año el tema elegido se titula "El aire que compartimos" y se centra específicamente en la naturaleza transfronteriza de la contaminación atmosférica. En este sentido, se hace un especial hincapié en la colaboración colectiva para tratar la necesidad de conseguir unos cielos azules y más aire limpio circulando por el planeta.
Una capa amarillenta
Los que vivimos en ciudades grandes, conocemos a la perfección esa capa amarillenta que se cierne sobre la ciudad. No solo nos priva del increíble espectáculo de la noche y sus estrellas, sino que también nos enferma. Aunque no lo notemos, el aire que respiramos no es limpio, y cada día hace mella en nuestra salud de diferentes formas. Tras mucho trabajo de sensibilización y movimiento social, los gobiernos empiezan a ponerse en marcha para acabar con ella, al menos en Europa.
En España, llevamos algunos años con proyectos impulsados por los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, para conseguir transformar las ciudades en espacios más sostenibles, lo que también incluye trabajar por un aire limpio y cielos azules. Es compromiso de todos trabajar para reducir las emisiones de gases contaminantes, cambiando pequeños hábitos en favor de volver a respirar aire que llene nuestros pulmones de vida.
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