Un total de 60 organizaciones globales, están pidiendo una ampliación de los productos libres de deforestación en áreas no clasificadas como "bosque", como el Cerrado de Brasil, que fue afectado por incendios forestales.
En 2022, las bombas de racimo causaron heridas o muertes a al menos 1.172 personas en todo el mundo, con un 95 % de víctimas civiles, según el informe anual de la Coalición contra las Bombas de Racimo (CMC).
La falta de acción en la creación de estas zonas y la demora en su implementación afectan significativamente a la calidad del aire y la mitigación del cambio climático.