El Real Decreto RD 3/2023 adapta a España los estándares de calidad del agua potable establecidos por la Directiva UE. Un cambio que prioriza la protección de las fuentes de agua y un enfoque basado en la gestión de riesgos.
Aunque en el pasado hubo desconfianza hacia el agua del grifo, las inversiones en infraestructuras hidráulicas han mejorado significativamente su calidad, convirtiéndola en una alternativa segura, económica y sostenible.
Los lodos generados en el tratamiento de aguas residuales contienen sustancias peligrosas que pueden afectar la salud y el medio ambiente si no se gestionan adecuadamente.
El Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (FCAS) de la Cooperación Española lidera programas en 18 países de América Latina y el Caribe, enfocados en mejorar el acceso al agua y al saneamiento.