La ONU decide poner cartas en el asunto de Haití por los constantes estallidos violentos

Haití es lo que se conoce en ciencias políticas como 'Estado fallido'. Este término hace referencia a todos aquellos estados, cuya estructura de gobierno, además de ser frágil, no tiene un capacidad fáctica real para gestionar el país y todas las necesidades que este puede llegar a tener. El problema principal que se da con este tipo de estados, es la facilidad con la que grupos violentos, externos e incontrolables, generen descontrol y caos social.

Esto es algo que ha estado ocurriendo en el país centroamericano en estos últimos meses y cuya situación ha desbordado recientemente. Al igual que al resto de países del mundo, solo que quizá con mayor intensidad, la pandemia de coronavirus ha tenido un fuerte impacto en la economía, que la ha debilitado enormemente. A esto se le añade el problema de los hidrocarburos y la constante subida de los precios del mismo. Esto último ha generado una serie de revueltas violentas en Haití, cuya escalada ha puesto en alerta a toda la comunidad internacional.

La ONU intervendrá en Haití

La compleja y violenta situación actual de Haití, es el resultado de muchos factores que llevan gestándose meses, incluso generaciones. Con una población empobrecida por las catástrofes naturales y la recesión económica global, junto con estructuras estatales débiles y un creciente problema de bandas criminales, el tejido socioeconómico del país ha terminado por resquebrajarse por completo.

La alarma llegó a la comunidad internacional, después de que el primer ministro Ariel Henry anunciará la subida inevitable de los precios de los hidrocarburos. Sin embargo, la sociedad de Haití, no tiene capacidad real para asumir este incremento de los precios, que ha impedido la llegada de suministros por los elevados costes de transporte, desatase una reacción violenta en el país.

En pocos días las calles se llenaron de miles de personas pidiendo la bajada de precios para los hidrocarburos. De las manifestaciones se paso al saqueo, tanto de instituciones públicas como privadas, así como de las humanitarias, generando un grave problema de suministros para gran parte de la población que vive de las ayudas internacionales.

Sanciones y embargos

A pesar de ello, lo peor llegó algunos días después, cuando las bandas armas e ilegales entraron en juego. Ante esta última situación, las Naciones Unidas decidió reunirse para tratar los conflictos en Haití y poner cartas en el asunto. "El nivel de violencia registrado los últimos días es de verdad alarmante”, remarcaba el embajador mexicano Juan Ramón de la Fuente durante su intervención.

Tanto Estados Unidos como México, por cercanía regional, han preparado un borrador con una serie de paquetes de intervención a través de embargos económicos para tratar de frenar la situación de Haití, e incrementar el apoyo a la policía local. Por su parte, China ha solicitado ir más allá de las sanciones, e implementar medidas de castigo para las bandas criminales que están agitando la situación y también imponer un embargo de venta de armas a estas organizaciones.