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Irán está viviendo momentos muy convulsos a nivel social. Desde que el pasado mes de septiembre se iniciaran unas intensas revueltas en las calles de Teherán por la muerte de la joven Mahsa Amini, detenida por la policía de la moral por llevar mal puesto el hiyab, el régimen no descansa en paz ante la ola de protestas que han llegado a saltar incluso las fronteras del país. Indignación, hiyabs ardiendo en hogueras y una represión policial excesiva han hecho saltar las alarmas de la comunidad internacional.
Con unos cuantos cientos de muertos a sus espaldas en las revueltas callejeras, Irán ha tenido que enfrentarse a las sanciones que le han ido llegando desde la comunidad internacional, concretamente desde la Unión Europea, que ha aplicado este tipo de represalias diplomáticas a ciertos organismos oficiales así como a funcionarios del régimen de Teherán. La situación se ha puesto aún más tensa cuando los iraníes han anunciado que también emitirán sanciones a líderes europeos.
La Unión Europea sanciona a Irán
Desde la Unión Europea se considera que Irán está cometiendo delitos contra los derechos humanos en su forma de resolver la situación de indignación social. Por este motivo, decidió emitir sanciones a personas, organizaciones y entidades iraníes, para restringirles tanto la movilidad por los países de la Unión, como la movilización de sus activos. En esta lista, se han incluido a 29 personas, llegando ya a un total de 126, y a 11 entidades.
El Consejo europeo anunció que entre estas 29 personas, incluía a "los cuatro miembros de la unidad que arrestó de manera arbitraria a Mahsa Amini”, así como al ministro del Interior de Irán, Ahmad Vahidi. Algunos medios de comunicación también han sido señalados como responsables, como es el caso de la televisión estatal iraní Press TV, a la que se acusa de ser “responsable de producir y emitir las confesiones forzadas de detenidos”, violando a juicio de la Unión “los derechos internacionalmente reconocidos a un juicio justo”.
Por su parte, desde un comunicado de prensa, Irán se ha mostrado altamente descontento por las decisiones que ha tomado la UE con estas sanciones, reprobándolas "enérgicamente". Nasser Kanaani, portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, declaró que: “Parece que la adicción a las sanciones ha dejado de lado la racionalidad y el cálculo por parte de los europeos”.
Suspensión de relaciones diplomáticas
El lenguaje de la diplomacia suele ser muy sutil pero efectivo. A estas sanciones, ahora se le ha unido también, el anuncio por parte del Parlamento Europeo, de la decisión de suspender las invitaciones emitidas “a funcionarios iraníes y de los contactos directos entre los organismos oficiales”, como se ha informado a través de la cuenta de Twitter oficial del portavoz del Parlamento Jaume Duch. Esto podría llegar a suponer un punto de inflexión en las relaciones diplomáticas entre la comunidad europea e Irán.
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